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Un alto cargo local obligó a la grúa a devolver el coche al torero Joselito

El jefe municipal de multas asegura que devolvió el vehículo “por error”

El coche que conducía el torero, aparcado en el depósito de la grúa municipal el pasado 2 de mayo.
El coche que conducía el torero, aparcado en el depósito de la grúa municipal el pasado 2 de mayo.

El director general de Vigilancia de la Circulación del Ayuntamiento de Madrid, Miguel Ángel Rodríguez, responsable político de los agentes de movilidad y de las multas de tráfico, reconoció ayer que ordenó devolver a su conductor, el torero José Miguel Arroyo, Joselito, un coche llevado por la grúa de forma justificada al depósito municipal por haber sido aparcado en una plaza para minusválidos. Lo hizo tras recibir una llamada, de la que no quiso dar ningún dato, según admitió en la Comisión de Movilidad a preguntas de los ediles Ruth Porta (PSM) y Jaime de Berenguer (UPyD).

El incidente tuvo lugar el pasado 2 de mayo, en tarde de corrida en la plaza de Las Ventas. Según denunció la coalición sindical CSIT (que incluye al Sindicato Profesional de Agentes de Movilidad), el “extraño suceso” se inició cuando un vehículo grúa identificado técnicamente como SAM 232 retiró, a las 18.54, un vehículo estacionado en la calle de Roberto Domingo, y lo trasladó a la base de la plaza de Colón.

Según el relato que hacen fuentes oficiales del Ayuntamiento, el conductor del vehículo tuvo un encontronazo con un agente de movilidad cuando intentaba estacionar en la zona restringida junto a la plaza de toros. El conductor tenía permiso para ello, pero el agente le impidió el acceso, según dichas fuentes, de forma que decidió dejarlo fuera de esa zona restringida, pero en una plaza reservada para discapacitados. La Ordenanza de Movilidad, en su artículo 91, faculta a los agentes de movilidad para ordenar la retirada del vehículo en estos casos.

Y así se hizo. El coche fue trasladado al depósito de la plaza de Colón, pero desde allí fue devuelto a Las Ventas casi de inmediato, acarreado en este caso por el vehículo grúa SAM 261, según informó CSIT.

El director de Vigilancia de la Circulación reconoció ayer que fue él quien dio la orden. Según su relato, lo hizo al percatarse de que el coche había sido retirado injustificadamente. “Cuando me informan de que fue retirado en un sitio en el que estaba autorizado, di la orden de devolverlo al lugar donde estaba porque se trataba de un error”, señaló. Según fuentes oficiales, alguien se interesó por el motivo por el que a ese vehículo no se le había permitido el acceso pese a tener permiso. Fue entonces cuando actuó Rodríguez. José Miguel Arroyo declinó ayer explicar a EL PAÍS el incidente.

Alguien “informó” al director municipal de Vigilancia de la Circulación, no se sabe si directamente o a través de otras personas, de que el torero no había podido aparcar en el área restringida pese a tener permiso para ello. Rodríguez llamó entonces a los agentes de movilidad, que él comanda, para inquirir al respecto. Se enteró así de que el coche había sido retirado por la grúa.

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Según afirma, creyó que había sido por esa supuesta falta de permiso, dando por bueno lo que su informante desconocido le había indicado. Y así, sin llegar a enterarse (según su relato) de que el coche había sido retirado en realidad fuera de la zona de acceso restringido y por estacionar en una plaza de minusválidos, ordenó anular la decisión del agente de movilidad y devolver el coche.

Sólo cuando el vehículo estaba de nuevo en Las Ventas se enteró del motivo real de su retirada por la grúa, según afirma. Ayer se lamentaba así: “No lo sabía, no contaba con esa información, nadie me lo dijo en ese momento”. Lo que no explicó es por qué hizo la gestión, quién le llamó para que la hiciera, ni por qué dio la orden sin cotejar antes la información con los agentes.

Todo eso se lo preguntaron ayer los ediles Ruth Porta (PSM) y Jaime de Berenguer (UPyD). Sin éxito. Fuentes oficiales indican que parte del incidente se explica porque el agente de movilidad que retiró el coche no reseñó en el parte oficial el motivo (aparcar en plaza de discapacitados), lo que impidió a Rodríguez saber desde el primer momento que nada tenía que ver el permiso o no para acceder al área de Las Ventas. Sin embargo, él dio la orden porque alguien le llamó la atención sobre el tema, y lo hizo sin informarse antes debidamente.

Ayer admitió su “error” en la comisión municipal, y fue disculpado por ello por su responsable, el concejal de Movilidad, Diego Sanjuanbenito (PP). Rodríguez añadió que el coche fue multado y “se está consultando para ver si se puede girar el cobro” de la grúa a su propietario. El conductor era Joselito, que, contactado por este periódico, calificó de falso todo este relato, pero declinó aportar su versión. El propietario del coche, un Mercedes negro, es el ganadero y apoderado Enrique Martín Arranz, según fuentes municipales. EL PAÍS ha intentado sin éxito ponerse en contacto con él.

Porta (PSM) censuró ayer que el responsable municipal ignorara en su opinión la “presunción de veracidad” de los agentes de movilidad que él comanda y, “sin pruebas”, anulara su decisión, rozando en su opinión la prevaricación (tomar una decisión injusta a sabiendas). Berenguer (UPyD) defendió que los agentes hicieron “lo que tenían que hacer”, e ironizó sobre si todos los madrileños podrán disfrutar de ese “servicio VIP de devolución de un coche retirado por la grúa”.

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