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Los vecinos fuerzan a Rascafría a abandonar el Canal de Isabel II

Un informe advierte de que el pueblo habrá de pagar una gran indemnización

Esther Sánchez
Protesta de los vecinos de Rascafría, el pasado noviembre, contra la gestión del agua en el municipio.
Protesta de los vecinos de Rascafría, el pasado noviembre, contra la gestión del agua en el municipio.SANTI BURGOS

La guerra del agua en Rascafría (1.890 habitantes) ya tiene un vencedor. Los ciudadanos han conseguido arrebatar la gestión del agua al Canal de Isabel II, a pesar de que el equipo de gobierno, del PSOE, apoyaba a la empresa pública. El pleno aprobó ayer rescindir el contrato que firmó el Ayuntamiento con el Canal en junio de 2012, por el que se traspasó a esta sociedad la distribución y el alcantarillado por 50 años. La depuración ya la realizaba el Canal. El municipio mantenía la aducción o toma de agua (un 40% del total de la factura) y recibía una participación del 0,000612 del capital de la sociedad pública.

La propuesta de ruptura salió adelante con los votos a favor de los cinco concejales del PP, en la oposición. Votaron en contra los tres ediles del PSOE presentes en la sesión (faltaban dos) y se abstuvo un concejal independiente. La alcaldesa, Ana García Masedo, nunca pensó que se llegaría a este punto. Considera la decisión una gran equivocación y “un perjuicio enorme para el Ayuntamiento, porque habrá que hacer frente a unos gastos tremendos”. En el pleno se leyeron las conclusiones de varios informes, que apoyaban la opción del Canal. El firmado por los servicios técnicos municipales advertía de que la gestión actual es la más sostenible y la que presenta las mayores garantías. También incidía en que “cualquier otra opción” solo puede suponer indemnizaciones de las que no podrán hacerse cargo las arcas municipales y conllevaría un aumento de las tarifas a corto plazo.

Según un estudio externo, la gestión integral de los recursos hídricos del municipio es deficitaria: 398.080 euros de ingresos frente a 432.087 de gastos. Esta cifra no incluye la renovación de las instalaciones, que se encuentran en muy mal estado. En el caso de que se deroguen los convenios actuales, indica el mismo informe, se tendrán que abonar al Canal los costes de la inversión que ya ha realizado la sociedad de 1,7 millones. El Canal tenía previsto realizar una inversión de 9,4 millones en mejora de las redes de distribución y alcantarillado.

Los vecinos agrupados en una plataforma consideran que estos números “están completamente inflados”. “Nosotros no somos ningunos suicidas, pensamos que la gestión municipal es factible, porque la estamos haciendo desde hace 50 años”, comenta Lis Aguirre, portavoz de la asociación. Con los estudios que han realizado, tomando como base los datos que les ofreció el propio Ayuntamiento, los habitantes de Rascafría pagarían “un 20% menos de lo que ahora cobra el Canal”, añade. El siguiente paso consiste en comunicar a la empresa pública la decisión y crear un consejo sectorial del agua, con la participación de los vecinos.

La lucha vecinal comenzó en julio del año pasado, cuando se empezaron a recibir las primeras facturas del Canal, que multiplicaban hasta por siete las anteriores. Las viviendas carecían hasta ese momento de contador y abonaban una cuota fija anual independientemente del consumo. El gasto era monumental: un vecino de Rascafría utilizaba de media 1.000 litros de agua al día, mientras que en España la media es de 160 litros.

Los vecinos están de acuerdo en que así no se podía seguir y que es necesario pagar por lo consumido, pero para ello, declaran, no hay que privatizar el servicio. Rascafría toma el agua directamente del río Lozoya y de varios manantiales.

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Sobre la firma

Esther Sánchez
Forma parte del equipo de Clima y Medio Ambiente y con anterioridad del suplemento Tierra. Está especializada en biodiversidad con especial preocupación por los conflictos que afectan a la naturaleza y al desarrollo sostenible. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense y ha ejercido gran parte de su carrera profesional en EL PAÍS.

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