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El ‘cajón’ de Sants sale por fin a concurso

Se trata de una nueva rambla de 700 metros lineales que ocupa 34.000 metros cuadrados El proyecto llega con retraso porque el Gobierno de Xavier Trias intentó modificar la primera fase sin contar con los vecinos y tuvo que dar marcha atrás

Imagen virtual del resultado de la construcción para cubrir las vías de tren.
Imagen virtual del resultado de la construcción para cubrir las vías de tren.Ajuntament de Barcelona

Es una de las obras más importantes del mandato y comportará un gran cambio en el paisaje de la ciudad. La comisión de Gobierno del Ayuntamiento de Barcelona aprobó ayer la segunda fase del proyecto de urbanización del gran estructura de cemento que se ha levantado en Sants para tapar las vías de los trenes que entran a Barcelona. Esta cobertura, conocida como el “cajón”, va desde la plaza de Sants hasta la calle Riera Blanca, en el Hospitalet creando un nuevo parque lineal de más de 700 metros. El proyecto fue ideado por el Gobierno del socialista Jordi Hereu.

La empresa municipal BIMSA sacó ayer a licitación esta segunda fase por 22.958.448 euros y su voluntad es que los trabajos empiecen en septiembre para que coincida con el final de la primera fase de las obras de urbanización de la calle Antoni de Capmany. La urbanización de la gran plataforma de cemento que cubre las vías se dividió en tres fases: la primera —la que terminará en septiembre— era la urbanización de la calle Antoni Capmany, que es el vial que transcurre en paralelo por el lado montaña del corredor ferroviario; la segunda fase —la que ayer salió a concurso— afecta a la superficie de la plataforma y la tercera —que todavía no tiene ni proyecto— es la urbanización de la calle que transcurre por el lado mar.

La parte que ayer salió a concurso afecta a una superficie de 34.000 metros cuadrados. Para decidir cómo será esta nueva rambla, el Ayuntamiento de Barcelona encargó a dos despachos de arquitectos (Raons Públiques y La Col) que le ayudaran con el proceso participativo. La gestión no fue nada fácil, porque los vecinos estaban en contra del “cajón” ya que querían que se soterraran las vías, como se ha hecho en otros puntos por donde pasa el AVE. Finalmente fue posible sumar las aportaciones de los vecinos. “No lo consideramos un proceso participativo de larga duración porque el proyecto inicial ya estaba redactado, pero sí que es cierto que se han tenido en cuenta las aportaciones de los vecinos”, explica Xabi Fraga, del colectivo Raons Públiques.

Entre las peticiones de los vecinos que se han incluido en el proyecto destaca la construcción de una pérgola para lograr espacios con sombra en verano, juegos infantiles, la creación de una zona con actividades para gente mayor (con máquinas de gimnasio incluidas) y también algunas terrazas y quioscos además de una pequeña biblioteca para dar dinamismo a la nueva rambla. “Algunos ciudadanos temían que la zona se utilizara solo pasear y querían poder realizar actividades”, destaca Fraga.

A diferencia de otros procesos participativos que organiza el Ayuntamiento, en este caso los vecinos consideran que sí que ha servido por algo: “Los arquitectos han entendido que las aportaciones de los vecinos enriquecían el proyecto”.

El portavoz de la Asociación de Vecinos de Sants, Josep Maria Domingo, consideró que la urbanización de la plataforma “tampoco presentaba grandes dificultades porque ni afectaba a los comercios, ni a los vecinos, ni a la circulación”.

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La primera fase de las obras generó mucha tensión entre los vecinos y el Ayuntamiento de Barcelona, ya que el Gobierno de Xavier Trias modificó el proyecto del anterior equipo socialista, que se había pactado con los vecinos. “Tras un año de negociaciones logramos que volvieran al anterior proyecto”, recuerda Domingo. Para los vecinos, el gran reto será la redacción de la tercera fase de la urbanización.

El PSC y el PP denunciaron ayer que la urbanización llega con más de un año con retraso y recordaron que el proyecto lo lideró el anterior alcalde, Jordi Hereu.

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