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Esquerra exhibe el apoyo de Pasqual Maragall para ocupar el espacio del PSC

El expresidente catalán, enfermo de alzhéimer, asiste a un mitin de los republicanos

El líder de ERC, Oriol Junqueras, ayer, con Pasqual Maragall, en el mitin de Barcelona.
El líder de ERC, Oriol Junqueras, ayer, con Pasqual Maragall, en el mitin de Barcelona.MASSIMILIANO MINOCRI

Muy poca gente en el pabellón lo sabía. Por eso, cuando se anunció la presencia del ex presidente de la Generalitat Pasqual Maragall en el mitin central de Esquerra Republicana, la mayoría de caras fueron de asombro, seguidas de un caluroso aplauso que se alargó un par de minutos. Maragall, alcalde de los Juegos Olímpicos de Barcelona que también llevó al Partit dels Socialistes (PSC) al poder en Cataluña, es una figura histórica del socialismo catalán que se ha ido alejando de él. En 2007 anunció que padecía alzhéimer, un día después de proclamar que había roto el carné de militante socialista por las formas en las que tuvo que abandonar la presidencia de la Generalitat, cargo que ostentó de 2003 a 2006. No es el único en la familia que se ha distanciado del partido: ayer fue a acompañar a su hermano Ernest, ex consejero de Educación con los socialistas, que, tras abandonar el PSC y formar su propio partido, se presenta como número dos de ERC en las europeas. La deserción de Ernest Maragall se circunscribe en la división de los socialistas catalanes por el rechazo al proceso soberanista que lidera la actual dirección del PSC.

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Los posicionamientos políticos de Pasqual Maragall se han producido con cuentagotas pero su figura y legado han estado siempre disputados por los partidos catalanistas. Ayer ERC se apuntó un tanto en su lucha para ocupar el espacio que históricamente ha ocupado el PSC al exhibir el apoyo del líder que, según el ala más catalanista del partido, ha representado mejor las esencias de la izquierda catalana. Su presencia en el acto recordó el apoyo al Partido Popular del recientemente fallecido Adolfo Suárez, quien acudió en 2003 a un mitin del PP para presentar a su hijo. El expresidente del Gobierno se confundió en alguna ocasión durante su intervención: el alzheimer se le diagnosticó ese mismo año, pero la enfermedad no fue pública hasta 2005.

El entorno de Maragall anunció a ERC su intención de acudir al mitin la noche del viernes, y hasta última hora sobrevoló la duda de si finalmente el expresidente tendría ánimos para acudir, según fuentes del partido. Entró en el pabellón acompañado de su mujer, Diana Garrigosa, y saludó a la plana mayor del partido, desde el líder, Oriol Junqueras, a la portavoz, Anna Simó, que fue consejera de su Gobierno. También se fundió en un efusivo abrazó con Jordi Carbonell, líder histórico de ERC.

Maragall estuvo flanqueado en todo momento por su mujer y su hermano. El expresidente estuvo las dos horas largas del acto sentado en primera fila, a veces abstraído, otras escuchando atentamente a Ernest, que le iba explicando detalles del mitin. Maragall intentó responder a las numerosas muestras de afecto que recibió desde el escenario, pero le costó interaccionar cuando el presentador pidió la participación del público.

El apoyo del primer presidente de la Generalitat del PSC supone un espaldarazo para Esquerra en su intento de consolidarse como la izquierda hegemónica en Cataluña relegando a los socialistas catalanes. ERC ya superó al PSC en las catalanas de 2012 y, cómoda en su papel de socio del Gobierno y líder de la oposición, tiene cuesta abajo superarlos ampliamente también en las europeas. Los republicanos obtendrían el 25-M una cómoda victoria en Cataluña, avanzando incluso a CiU, según el sondeo de Metroscopia para EL PAÍS.

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Alentados por la presencia de Maragall, los candidatos de ERC se dirigieron a los desencantados del PSC. Abrió el fuego la secretaria general, Marta Rovira: “Hemos sumado gente muy diferente, porque es muy fácil que los socialdemócratas lleguemos a la misma conclusión: que para hacer política social nos hace falta un estado. ¡Somos la izquierda nacional!”, proclamó. Remató Ernest Maragall, que cargó contra su antiguo partido: “No podemos ser prisioneros del socialismo excatalanista, que está fraternalmente encadenado a sus compañeros españoles”.

La presencia de Pasqual Maragall en el acto disgustó al entorno socialista. Los dirigentes del PSC evitaron cualquier expresión pública, pero sí se escucharon lamentos de personalidades retiradas del partido como Joan Ferran, ex diputado autonómico, que apuntó en su blog: “Por respeto y consideración a los que nos rompimos la cara para defender la imagen y el honor de Pasqual, hay cosas que no se tienen que hacer. Intentar construir un nuevo país sin escrúpulos es condenarlo a que nazca muerto”.

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