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El deterioro de la fachada de La Pedrera obliga a restaurarla cada diez años

Tras limpiar y restaurar se aplicará un hidrofugante de nanopartículas para ralentizar su deterioro

José Ángel Montañés
Un técnico lanza un chorro para limpiar la suciedad de la fachada de La Pedrera de Gaudí.
Un técnico lanza un chorro para limpiar la suciedad de la fachada de La Pedrera de Gaudí.gianluca battista

Antoni Gaudí construyó la parte inferior de La Pedrera con piedra calcárea del Garraf y el resto del Penedès, mucho más porosa pero más fácil de trabajar y de dar las formas onduladas que Gaudí quería. La porosidad y el hecho de que en algunas de las zonas la fachada solo tenga un par de centímetros de grosor —además de construirla sin vierteaguas— hace que este lienzo de piedra de más de 2.600 metros cuadrados sea una zona de alto riesgo. En muchas zonas el agua llega al hierro del forjado, ocasionando su hinchazón y la fractura de la piedra que acaba desprendida. El problema es tal, que obliga a los dueños de este edificio, la Fundación Catalunya La Pedrera, a intervenir de forma generalizada cada diez años. Así lo recoge el Plan director del edificio construido por Gaudí en seis años, entre 1906 y 1912.

Desde enero, cuando un andamio cubrió la fachada por completo, se lleva a cabo la tercera intervención integral, tras las de 1988 y 2001. Los trabajos, como en las anteriores ocasiones, están dirigidos por Francesc-Xavier Asarta. Ayer, el arquitecto mostró de cerca los efectos de la limpieza a base de proyectar con chorro a baja presión de silicato de aluminio la piedra y limpiar con antioxido las vigas afectadas, restaurar con mortero, piedra, latón y aluminio las más de 200 fisuras detectadas y rellenar las juntas de las piedras con cal hidráulica. El proceso final, en el que también se eliminarán las filtraciones de los pavimentos de los veinte balcones del edificio y se revisar las barandas, será la aplicación de un hidrofugante de nanopartículas, una especie de película transpirable, por toda la superficie que ha de impedir que el agua siga afectando la piedra. Todo habrá costado 750.000 euros. “La idea es que no haya que intervenir cada diez, sino cada quince años”, explicó Asarta.

Fin en Navidad

La visita permitió, además de ver de cerca los trabajos, como tocar algunos de los elementos destacados de la fachada, como la inscripción “Ave Maria” en la cornisa superior o la rosa tallada en piedra, en honor de Roser Segimon, esposa del promotor del inmueble Pere Milà. Accesibles tras pasear por el “paseo de ronda” que recorre la parte superior del edificio y que domina, de forma impresionante, el Paseo de Gràcia.

Para la Mercè el andamio de la calle Provença habrá desaparecido y en Navidad está previsto que todo haya terminado. La fundación tiene previsto para entonces un acto para celebrar que La Pedrera vuelve a lucir su mejor cara.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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