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“Mi música es la mezcla”

Carmen Souza regresa esta noche a Clamores Jazz para ofrecer un único concierto

Carmen Souza.
Carmen Souza.Samuel Sánchez

Nació en Lisboa, pero no canta fados. Su familia procede de Cabo Verde, pero no canta morna. Actúa en festivales de jazz, pero no es una cantante de jazz: “Me defino como Carmen Souza. No me gusta que me digan lo que debo o no debo hacer”.

Inclasificable, extrovertida, sensual, Carmen Souza regresa esta noche a Clamores Jazz para ofrecer un único concierto (21:00 h). La excusa: su nuevo disco-dvd, grabado en directo, en el Festival de Jazz de Lagny: “Grabamos el disco en medio de una vorágine de tournées, a solo 2 días de volver de Japón… sentíamos que había llegado el momento de recordar tantas experiencias y tanta música diferente que hemos tocado durante estos años, ¿y qué mejor que un disco en directo?”.

Para no ser una cantante de jazz, Carmen Souza interpreta más standards jazzísticos que la mayoría de las divas del género: “Me gusta cantar standards en criollo, mezclar el jazz con los ritmos tradicionales de Cabo Verde… habrá quien piense que es algo gratuito, sin embargo me sale de dentro, como si mi voz estuviera esperando a que lo haga”.

En Live at Lagny Jazz Festival, Carmen Souza interpreta Song for my father (original del caboverdiano-norteamericano Horace Silver), My favourite things y Donna Lee, la endiablada melodía supuestamente concebida por Miles Davis, a la que ha puesto letra. “Donna Lee es un desafío para cualquier cantante, la melodía camina a toda velocidad y es muy fácil perderse. Pero a mí me gustan los desafíos. Todo lo que es nuevo y diferente me pone”.

Llevada por su ingenio, Souza ha convertido a la Donna Lee original en una arrogante ama de casa caboverdiana condenada al más irremediable de los fracasos. “En mi versión, Donna Lee viaja a América pensando que aquello va a ser un mar de rosas, hasta que la vida le muestra la otra cara, y termina regresando a Cabo Verde sin nada, convertida en la reina del patio de su casa”.

Carmen Souza viaja muy lejos en su música, pero no tanto como para perder de vista la tierra de sus ancestros. “Hay una cadencia, un ritmo, que siempre está ahí”.

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El aire ensimismado y melancólico de la morna y el batuque envuelve una cocción musical rica en aromas y sabores. La cantante ha bautizado el resultado como “cachupa”, en alusión al plato tradicional de la cocina caboverdiana parecido a nuestro cocido.

“Mi música es la mezcla, como en la cachupa, y es algo muy personal. Por eso me siento a gusto en un escenario de jazz, porque considero que los aficionados al jazz están más preparados para entender que lo puro no existe y cada artista tiene su voz, su manera de decir las cosas. Yo puedo cantar un tema a lo Cesária Évora, pero no va a sonar igual, porque yo no soy ella, nuestras vivencias son diferentes, empezando porque yo nací en Lisboa y experimenté Cabo Verde desde la lejanía, y toda esta experiencia viaja dentro de mí hasta conformar mi propia voz . Llevo toda mi vida explorado mi identidad como Carmen Souza”.

El viaje exploratorio en busca de sí misma ha llevado a Carmen Souza hasta la ciudad de Londres, donde reside actualmente. “Me mudé a Londres porque es un centro cultural mundial, todos los días pasan cosas, lo que no ocurre en Lisboa, sobre todo ahora con los problemas financieros. Y también es más fácil para mí, que vivo con un pie en el avión”.

Residir a miles de kilómetros de distancia de la tierra de uno, opina la cantante, puede constituir un acto de afirmación nacional. “A veces es necesario estar lejos para hacerse una idea de conjunto. Mis raíces están en África, un continente en mudanza donde hoy predomina el dinero por encima de cualquier otra cosa. Puedes ir a un festival de música en cualquier lugar del continente y sentir que hay una estructura detrás del asunto, pero también sabes que todo eso no va a durar mucho. Todo en África es efímero. Mientras hay dinero se hacen cosas, y cuando deja de haberlo, no queda nada”.

Sobre su concierto de esta noche, la cantante no suelta prenda. “Cada día es diferente. Ocurre como con la comida, un día te apetece una cosa y al siguiente otra. A veces estoy en el camerino preparando el concierto y hay algo que me dice "ésta canción no es para hoy", entonces la guardo y a otra cosa. La espontaneidad es lo primero".

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