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Los atropellos de linces, favorecidos por el aumento de población y la falta de caza

Un último accidente en Huelva eleva a seis los ejemplares muertos en las carreteras este año

Suelta de un ejemplar de lince en una imagen de archivo.
Suelta de un ejemplar de lince en una imagen de archivo.

La población de lince ibérico no está teniendo un buen año. En lo que llevamos de 2014 han muerto atropellados en las carreteras andaluzas seis ejemplares de esta especie en extinción. El último cadáver, un macho de un año de edad de la población Doñana-Aljarafe, fue encontrado este pasado fin de semana por la Guardia Civil en el kilómetro 5 de la carretera A-481 entre Hinojos y Chucena, a pesar de que en esa zona había medidas protectoras como vallados. Juanjo Carmona, responsable de WWWF en Doñana, señaló que hay dos explicaciones para el aumento de muertes: el aumento de la población y los problemas existentes con el conejo, su principal sustento, lo que obliga al animal a buscar nuevos territorios de caza viables.

Esto provoca que el felino se disperse geográficamente y alcance carreteras a las que no está habituado. “Los problemas con el conejo hacen que los linces estén obligados a recorrer distancias mayores para lograr territorios donde cazar con éxito y en esos desplazamientos encuentran carreteras que carecen de las suficientes medidas de protección. Ello comporta un riesgo de atropello importante”, subrayó Juanjo Carmona. En la actualidad, hay 300 ejemplares en Andalucía en las provincias de Jaén, Córdoba y Huelva.

El pasado año se contabilizaron 13 muertes de felinos por atropello en vías andaluzas frente a los nueve fallecidos un año antes y los cinco de 2011 o los cuatro de 2010. La organización WWF lamentó el aumento de atropellos cuando las medidas que se habían incluido en el proyecto Life Lince lograron que descendieran.

La muerte de este lince coincide con la puesta en marcha la semana pasada por parte de WWF de una campaña de recogida de firmas para reclamar el apoyo ciudadanos con el que exigir a los Ministerios de Fomento y de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que arreglen los puntos negros de las carreteras andaluzas. Esta organización señala la A-420 en Córdoba, la A-49 y la N-483 en Huelva, y la A-4 en Jaén como carreteras peligrosas para este animal.

WWF afirma que hay medidas “efectivas” que no requieren una inversión importante como “el desbroce de los márgenes de las carreteras, la instalación de señalización adecuada para la reducción de la velocidad, la mejora del vallado de las vías y la actuación en los puntos negros permitiendo la permeabilización de puentes y la construcción de pasos de fauna”, indicó Juanjo Carmona.

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