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Los jueces de los casos Asunta y Alvia los dejan por petición propia

Nuevos magistrados deberán estudiar los miles de folios que dejan Aláez y Taín

El juez Taín llegando al juzgado
El juez Taín llegando al juzgadoÓSCAR CORRAL

Los dos jueces que instruyen los grandes sumarios en Santiago abandonan sus plazas por decisión propia y dejarán los casos Alvia y Asunta —el asesinato de la niña de 12 años— en manos de sustitutos que ahora concursan para el relevo. Tanto José Antonio Vázquez Taín, titular del Juzgado de Instrucción número 2, como Luis Aláez, del número 3, han solicitado el traslado a otras instancias. Los cambios de los titulares de esos dos juzgados implicarán un retraso en las causas puesto que los nuevos instructores deberán ponerse al día de los voluminosos sumarios.

 El revuelo mediático del caso Asunta ocultó en parte el caso Alvia, la mayor tragedia ferroviaria del último medio siglo en España, en la que murieron 79 personas el pasado 24 de julio a la entrada de Santiago. Lo instruye el magistrado Luis Aláez Legerén, de 47 años, que estaba de guardia aquel día y desde el primer momento ha puesto en duda la tesis mantenida por Adif y Renfe de que el accidente se debía únicamente al despiste admitido por el maquinista del Alvia, Francisco José Garzón, único imputado en la causa, que recibió una llamada del interventor del tren y no frenó a tiempo antes de la curva de Angrois.

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El juez ha mantenido en distintos autos que el maquinista debía contar con más medidas de seguridad de respaldo que las existentes, por lo que llegó a imputar a una veintena de directivos y técnicos de Adif, incluidos sus tres últimos presidentes. La Audiencia Provincial de A Coruña revocó esas imputaciones y le pidió que antes recabase más pruebas, pero en ese trabajo se encontró con que la Abogacía del Estado lo acusó de pretender una “inquisición” de todo el sistema ferroviario.

Aláez pidió a los peritos que están analizando el accidente que le adelantasen informes provisionales, que le están llegando estos días. Los dos que han estudiado la señalización y seguridad de la línea han avalado su tesis de que la seguridad era insuficiente. El juez saliente también ha contado con el apoyo de las dos asociaciones de víctimas del siniestro, que han pedido que siga al frente del caso el máximo tiempo posible. Su salida se produce cuando está a punto de concluir también la instrucción del caso Retablo, una trama de corrupción en la rehabilitación de arte sacro por la que está imputado el exobisto de Tui José Diéguez Reboredo y otros dos párrocos de aquella diócesis.

A la marcha del sigiloso Aláez se suma la salida de Vázquez Taín, un juez mucho más mediático, protagonista en la recuperación del Códice Calixtino, que no rehúye nunca los focos y que incluso llegó a firmar una novela sobre la desaparición de esta joya medieval. Taín deja a medias el sumario sobre el caso Asunta con los dos padres de la pequeña encarcelados como principales sospechosos pero todavía con más indicios que pruebas concluyentes.

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Un peritaje avala el tren

A la espera de dejar el caso Alvia, el juez Aláez acaba de recibir el tercero de los seis peritajes provisionales que encargó sobre el accidente, este centrado solo en el estado del tren. Concluye que “cumplía con todas las exigencias” y que su funcionamiento el día del accidente “fue el adecuado”.

El informe está elaborado por José Manuel Lamela Rivera, ingeniero Industrial, jefe del servicio de Energías Renovables de la Xunta. Su nombramiento a propuesta del Gobierno gallego, como el de un ingeniero de Caminos también funcionario autonómico sin experiencia ferroviaria, fue protestado por las víctimas y por el abogado del maquinista accidentado, que dudan de su independencia y capacidad. Pero tanto Aláez como la Audiencia Provincial ratificaron a ambos. En su peritaje Lamela ha obviado la señalización y medidas de seguridad de la línea Ourense-Santiago ya que, dice, “se aparta del ámbito de este perito judicial”. En su informe se limita a indicar que el tren “disponía de las autorizaciones de puesta en servicio y circulación” exigidas y que “cumplía con todas las exigencias relacionadas con el mantenimiento”. Tras comparar la frenada de un Alvia S730 “en condiciones de homologación” y la del día del accidente, considera que “las prestaciones de frenado del tren durante la frenada de emergencia previa al descarrilamiento han sido correctas”.

Aláez ha recibido otros dos peritajes: de un experto conductor elegido por el abogado del maquinista y de un ingeniero de Telecomunicaciones independiente, que coinciden en ratificar la tesis del juez de que la curva de Angrois no contaba con suficientes medidas de seguridad y señalización. Están pendientes los informes de los peritos ingenieros de Telecomunicaciones elegidos por Adif y la aseguradora de Renfe y del ingeniero de Caminos funcionario autonómico.

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