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1.500 clientes llevan a juicio a NCG por supuestos engaños con la hipoteca

Los afectados firmaron para congelar la cuota pero sufrieron abultados recargos “No se explicaba qué pasaría si bajaba el euríbor”, censura Adicae

La cúpula de las dos cajas, en 2010
La cúpula de las dos cajas, en 2010 ANDRÉS FRAGA

“El euríbor ha vuelto a subir. ¿Y?”, decía Caixa Galicia en 2006 en un folleto que publicitaba unos supuestos seguros contra el aumento de los tipos en las hipotecas de interés variable. Los anuncios no explicaban, por el contrario, qué pasaba si los tipos bajaban como finalmente ocurrió: que el recargo para el cliente podía rondar entre los 200 y los 300 euros. Tras cuatro años empantanada en cuestiones procesales, la demanda de 1.500 clientes de Caixa Galicia contra la entidad que la sucedió, Novagalicia Banco, por la venta engañosa de estos derivados volátiles ha superado un escollo fundamental con la decisión de la Audiencia Provincial de A Coruña de permitir que la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae) pueda ser parte en el proceso, en el que hay en juego unos 7,5 millones de euros.

El negocio ahora en cuestión estaba de moda en 2006, año en el que empezaron a firmarse masivamente los denominados swaps, clips o contratos de permuta de tipos de interés. Los semanarios económicos internacionales de referencia hablaban maravillas del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, se firmaban más hipotecas que nunca y los bancos empezaban a proponer a los clientes un negocio para cambiar las hipotecas de tipo de interés variable a fijo o para que aquel no superase un determinado límite.

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El problema vino, según defiende Adicae, de que al igual que ocurrió con las preferentes, no se separó a los clientes con conocimientos financieros de los legos, ni se explicó bien que lo que se firmaba no era un seguro, sino un derivado financiero sometido a los vaivenes de los tipos de interés. La asociación sospecha, además, de que en la entidad se estaba anticipando a la caída del euríbor. “No se explicaba qué pasaría en caso de bajada”, explica Iria Aguete, portavoz de Adicae Galicia, que relata como cuando llegó el colapso financiero algunos afectados tuvieron que empezar a hacer frente todos los meses, además de a su hipoteca, a un recargo casi tan importante como la cuota de la propia hipoteca por culpa del swap.

En la demanda hay copias de las guías comerciales que Caixa Galicia remitía a sus gestores para su uso exclusivo. Estructurada en forma de posibles preguntas de los clientes, proponía respuestas en las que se hacía hincapié en la previsible tendencia al alza de los tipos y mencionaba solo de refilón las bajadas, de las que decía que en el peor de los casos solo anularía lo ganado previamente. “El efecto conjunto de la cuota de préstamo hipotecario, sumando o restando el importe de la liquidación de la cobertura pase lo que pase con los tipos de interés, será la estabilidad del coste total”, zanjaba.

Adicae asegura, además, que se hacía especial hincapié en hablar de los productos como “seguros”. La mayoría de los afectados son más jóvenes que los de las preferentes por la propia naturaleza del negocio, vinculado a la compra de una vivienda, pero era igualmente común “la ausencia total de conocimientos financieros”, según Aguete.

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La decisión de la Audiencia, que llegó la pasada semana en forma de auto, anula una previa del Juzgado de Instrucción número 9 de A Coruña, que había negado capacidad a Adicae de participar en el proceso por falta de legitimidad. “La demanda no se fundamenta en una voluntad personal viciada, sino en una especie de publicidad engañosa, que afecta a la totalidad de consumidores contratantes”, corrige el auto de la Audiencia de A Coruña.

La fiscalía también mostró interés en la causa, en la que se personó “por interés social” y sobre la que ya en 2011 advertía: “En un contexto como el actual de crisis económica y aumento del desempleo, a las dificultades habituales para hacer frente al pago de las cuotas del préstamo hipotecario se añade la obligación de abonar las sumas derivadas del producto financiero. En última instancia, podría peligrar la conservación de la vivienda”. Fuentes de NCG aseguraron ayer que los swaps son un producto bien comercializado y que los clientes fueron informados correctamente.

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