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Último día en la fábrica de tabacos

Los 20 empleados que quedaban en la industria histórica de Cádiz son prejubilados o trasladados a las factorías de Altadis

Trabajadoras de Altadis de Cádiz, en 2009.
Trabajadoras de Altadis de Cádiz, en 2009.eduardo ruiz

Cádiz ha perdido este lunes una nueva industria. No fue una noticia inesperada. Se sabía desde hace algo más de un año. Tampoco tiene gran repercusión laboral. Al margen de la industria auxiliar, solo quedan afectados 20 empleados. Ninguno será despedido. 14 serán prejubilados y seis trasladados a Santander y Logroño. Pero el cierre de la fábrica gaditana de tabacos deja un amargo regusto porque significa la pérdida de un sector que en esta provincia llego a generar 3.500 empleos. El adiós definitivo se produce ante el reciente desmantelamiento del sector de la automoción y la grave crisis que padece el naval. Los operarios de la tabaquera han recogido este lunes las notificaciones de sus prejubilaciones y traslados. “No es una buena noticia aunque estas salidas se hayan negociado. A los trasladados les han faltado dos años para prejubilarse y no ha habido más salidas que los despidos para un centenar de empleados de las empresas auxiliares que prestaban servicios a la factoría”, explica el último presidente del comité, José Luis Marín. El cierre de la fábrica, como culminación de un plan de reestructuración que la multinacional Imperial Tobacco, es el fin de una industria que en Cádiz estaba a punto de alcanzar los 3.000 años de historia.

Los dos principales sindicatos, UGT y CC OO, han coincidido en calificar este cierre de “lamentable”. Sus secretarios provinciales creen que Cádiz ha sufrido otro proceso de deslocalización ya que la producción no se detiene sino que ha sido trasladada a otros países. “Necesitamos un verdadero plan de reindustrialización”, demanda Francisco Andreu, de UGT.

La marcha de la tabaquera deja en la ciudad 153.000 metros cuadrados de suelos industriales vacíos. El Ayuntamiento ya ha garantizado que no especulará con esos terrenos para otros usos que no sean empresariales. La Zona Franca ha mantenido contactos con la compañía para ampliar por ahí su actual recinto fiscal. La operación ha sido valorada en unos 30 millones pero llega en un momento delicado para el Consorcio, que ha ha reconocido tener problemas de liquidez.

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