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Víctimas con rostro de mujer

Solo el 14% de quienes acuden a los servicios de apoyo jurídico del Departamento de Justicia son hombres

La violencia de género sigue siendo el tipo de delito que más servicios demanda en la oficina que el Gobierno vasco tiene en los juzgados. De los 3.613 casos que este servicio afrontó en 2013, el 51%, 1.862, tenían a maltratadas como objeto de la atención de los psicólogos, juristas y trabajadores sociales de la oficina.

Pero, más allá de los casos de maltrato por parte de sus parejas o exparejas, las víctimas que pasaron por este servicio tienen rostro de mujer: aunque la violencia de género supone el 51% de los casos, el 86% del total de personas atendidas son mujeres.

Son datos aportados por el Departamento de Justicia en la memoria anual en la que se refleja que el volumen de trabajo del servicio se mantiene estable, con un incremento de tan solo 17 casos con respecto a 2012 —ese año se atendió a 3.596 personas, en 2011 a 3.304 y un año antes a 3.172— lo que apunta a que poco a poco en el último ejercicio se está produciendo una estabilización de las cifras después de muchos años de incrementos, en ocasiones alarmantes. Aunque como explica el director de Justicia, Manuel Valín, lo alarmante es que se sigan produciendo casos.

Valín señaló ayer en Onda Vasca que el hecho de que sea la violencia de género sea la razón más habitual por la que se recurre a las oficinas del servicio “preocupa” porque es un número “altísimo”. “Sigue siendo un número excesivo, persiste, no decae; aunque no aumentara la cifra, la persistencia en sí misma es un dato negativo”. El número de victimizaciones registradas en la Ertzaintza ha ido en aumento en los últimos años —pese a que en 2013 se registró un ligero descenso de 108 casos, según destacó la consejera de Seguridad, Estefanía Beltrán de Heredia, semanas atrás en el Parlamento—.

El de atención a víctimas en el plano judicial es solo uno de los servicios destinados a las víctimas de violencia de género, que tienen la posibilidad de recibir atención específica en servicios como el de Lanbide, el de vivienda o en ciertos aspectos en el ámbito educativo —cambios de colegios de menores involucrados en una situación de este tipo—.

En el caso de la atención laboral, en 2013 de las 735 mujeres víctimas de violencia de género que recurrieron al Servicio vasco de Empleo, se ha elaborado un itinerario específico para su inserción laboral con 403 de ellas, según una respuesta parlamentaria.

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Las cifras que registran del servicio de atención a víctimas son las de familias que acuden a sus oficinas para recibir información o realizar trámites en relación con casos de bebés robados.

En 2012, cuando se creó la comisión interdepartamental para realizar un seguimiento de los casos con las asociaciones de afectados, se registraron 485 casos y en 2013 estos se limitaron a 21, coincidiendo con los archivos de la mayoría de los casos y con el descenso de la alarma social y la presencia de los casos en los medios de comunicación vascos. En el Parlamento, la comisión creada para analizar los supuestos casos de bebés robados se cerró sin conclusiones debido al adelanto electoral y nadie ha planteado reactivarla esta legislatura.

En el ámbito de los accidentes de tráfico, las víctimas que han contactado con el servicio de apoyo y asesoramiento son 15. Once personas recurrieron a él por casos de homicidio, 102 por intentos de homicidio, 138 por detención ilegal o secuestro, ocho por prostitución, 81 por bullying y 27 por acoso laboral. Los casos más numerosos se centran también en quebrantamientos de condenas en 159 casos, delitos de estafa (131) o hurto (130).

El servicio de atención a la víctima ofrece un apoyo gratuito que va desde la información inicial sobre los procedimientos hasta el acompañamiento a los juicios —266 casos en todo el año 2013—, pasando por la elaboración de demandas o recursos.

El trabajo de estas oficinas está costeado por el Departamento de Justicia del Gobierno con el fin de lograr la rehabilitación de las víctimas, tanto si cuentan con una denuncia como si no han dado ese paso. El objetivo principal es el de evitar la cronificación de esas personas en esa situación.

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