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La Generalitat elaborará un plan para las inversiones de Iberpotash

Gobierno y municipios pretenden agilizar los trámites de una operación de más de 300 millones

Dani Cordero

Iberpotash es para la Generalitat sinónimo de inversión multimillonaria —más de 300 millones de euros— pero también de lío mayúsculo. Cada maniobra de la compañía minera del Bages (en Súria y Sallent) se está convirtiendo en un engorro para la Administración que, además, se enfrenta al riesgo de denuncias y sentencias contrarias, como las dictadas por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), que ponen en riesgo la actividad en la mina de Sallent. Para evitar males mayores a futuro, ahora que la compañía está en plena ejecución de su plan Phoenix, el Gobierno catalán ha acordado con los municipios implicados poner orden a, al menos, las próximas décadas de actividad de la compañía.

¿Cómo? Pactando con los ayuntamientos de Sallent y Súria, y otros vinculados a la actividad minera, la elaboración de un plan director urbanístico conjunto, que haga más fáciles las cosas “al promotor [Iberpotash], a los ayuntamientos y a la Generalitat”, según explica el secretario de Empresa de la Generalitat, Pere Torres, quien asume la necesidad de elaborar conjuntamente la planificación urbanística para asumir el paso de la simple “extracción minera a actividad minera e industrial”. La Generalitat quiere tener una fotografía de conjunto de los planes de futuro de la compañía, además de cada actuación que lleve a cabo.

Los planes de Iberpotash, filial del grupo israelí ICL, prevén cambios significativos en los próximos años. En el plazo de un año y medio, por ejemplo, concentrar la actividad minera en Súria y cerrar el pozo de Sallent. También poner en marcha una planta para convertir los residuos salinos que extrae de las minas y acumula en tres montañas de desechos en sal de uso industrial. Y en sus planes figura además convertir parte de la zona que ahora ocupa en Sallent en un polígono industrial donde concentrar empresas del sector químico, para el que la Generalitat buscará candidatos. Una idea más remota, incluso, es la de convertir parte del tajo en un reclamo turístico de la comarca, como ya existen minas turísticas en Alemania, Austria o Polonia.

En el nuevo plan urbanístico, que estará listo en un plazo de unos nueve meses, se incluirán reservas de suelo mineras, industriales, residenciales y, si se demandan, turísticas. A la asignación de usos, el planeamiento también incluirá las condiciones y las evaluaciones que sean pertinentes, como es el caso de las ambientales. Ese es actualmente el mayor punto débil para la compañía, especialmente por las montañas de desechos salinos que ha hecho crecer durante lustros, que han originado fallos judiciales en contra. El principal, el que determinaba la clausura de la montaña de sal del Cogulló, cuya ejecución tiene en vilo a la comarca, ya que supondría cerrar de forma anticipada la mina de Sallent.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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