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Los asesores de Mas concluyen que la UE acabará aceptando el ingreso de Cataluña

El Consejo de Transición Nacional dice que la razón económica y políticas se impondrán al veto El organismo, de carácter jurídico, sostiene que Europa actuará por razones políticas y económicas

Àngels Piñol

El Consejo Asesor de Transición Nacional, que aconseja a Artur Mas en la hoja de ruta soberanista, ha concluido que la Unión Europea acabará aceptando, más tarde o más temprano, a Cataluña como estado miembro por razones de carácter político y económico. El ente, integrado básicamente por juristas, sostiene que el derecho europeo e internacional no contempla un caso como el actual, esto es, la eventual segregación de una parte de un Estado, y que, por tanto, carece de "base jurídica" quienes apelan al artículo 49 del Tratado de la Unión que precisa los mecanimos de nueva adhesión. Carles Viver Pi-Sunyer, el presidente del consejo, resumió que el dilema no es tanto si Cataluña quedará fuera del club europeo sino como y cuando se le asigna el nuevo estatuts de Estado de pleno derecho. "Lo lógico es no obligar a salir para volver a entrar", ha afirmado.

El informe, titulado Las vías de integración a la Unión Europea, es el que hace número seis de los 18 que este organismo ha previsto confeccionar y presentar antes de que empiece el verano. El documento, de unos 50 folios, parte de la premisa de qué ocurriría en el caso de secesión y plantea cuatro escenarios posibles. El primero que Cataluña siga formando parte de la UE porque lleva más de 30 años integrándola y porque comparte sus principios y cumple los requisitos para ser un nuevo socio. Esta vía, dice el texto, se podría resolver aplicando una "pequeña modificación" de los Tratados. La segunda opción, sería la de la exclusión por el veto de algún Estado pero, atendiendo a sus circunstancias especiales, se podría habilitar una vía de adhesión en una especie de traje a medida. Lo realmente trascendente en este caso es que en ese intérvalo de tiempo, dice el documento, se seguiría aplicando el derecho europeo. La tercera posibilidad es que la UE le pida que se ponga a la cola de peticiones de adhesiones por detrás de Islandia, Serbia y Turquía y, en última instancia, que la Unión Europea ni España la reconozcan como Estado y no la acepte ni como candidato. En ese caso, el derecho europeo en Cataluña seguiría vigente.

Pi-Sunyer ha señalado que no tienen fundamento jurídico tantos como quienes sostienen que Cataluña quedará excluida si se independiza como quienes alegan que seguiría formando parte automáticamente dentro de la Unión Europea. "El derecho europeo y el internacional no prevén una solución y la decisión se va a fundar en criterios políticos y económicos. Y dependerá de quienes sea capaz de persuadir a los Estados con sus argumentos en un sentido u otro", ha señalado. Entre los elementos a favor, el también exvicepresidente del Tribunal Constitucional ha apuntado que una exclusión definitiva iría en contra de los principios fundaciones de la Unión Europea y que no parece tampoco un obstáculo insalvable que se pase de 28 a 29 Estados; ha advertido de las consecuencias de la suspensión del derecho a la ciudadanía europea, tanto de catalanes como de comunitarios residentes en Cataluña, o las repercusiones económicas para la Unión. "Cataluña", ha recalcado, "pasaría a ser un contribuyente neto de la Unión".

El único argumento negativo es el derecho al veto de los Estados y ha recordado que la UE ya flexibilizado los mecanismos de adhesión como en el caso de Kosovo para sortear el veto de varios estados, entre ellos el español. "No tiene sentido que que 7,5 millones de ciudadanos que quieran ser europeos no puedan porque el Estado matriz quiere imponer una sanción", ha esgrimido. "la fuerza del veto no para que sea tan fuerte como para que Cataluña se sitú a la cola de Turquía o Serbia", ha afirmado.

Francesc Homs, portavoz del Ejecutivo, ha celebrado el documento al que ha definido con elogios. "Es el ejercicio más sólido, transparente y riguroso que se ha hecho hasta el momento", ha dicho para, en un claro mensaje al Gobierno central, ha pedido hacer las cosas "con rigor". "Ni nos vamos a quedar vagando por el espacio ni vamos a acabar en una isla como Robinson Cruose", ha ironizado rescatando los dos ejemplos que han utilizado, respectivamente, el ministro de Exteriores y Mariano Rajoy sobre una eventual secesión.

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