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La guerra del fútbol llega al PP

Fabra exigirá a Rus la presidencia provincial del partido si opta al Valencia El alcalde de Xàtiva, que juega su última carta, desafía a la dirección regional

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, en el Palau de la Generalitat.
El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, y el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, en el Palau de la Generalitat. CARLES FRANCESC

El futuro del Valencia CF amenaza con provocar una nueva crisis interna en el Partido Popular. La pretensión del presidente provincial del PP y de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, de intentar hacerse con la presidencia del equipo de Mestalla ha destapado la caja de los truenos.

No se trata de fútbol, se trata de política. En un lado del campo se sitúa Rus, que lleva 20 años soñando con la presidencia del Valencia y que ahora tiene al alcance de su mano la que, probablemente, sea la última oportunidad, de presidir el club de fútbol. Ser presidente del Valencia tiene muchas ventajas para Rus, un politico populista para muchos de sus correligionarios, porque le permitiría impulsar su proyección pública y cimentar un poder político que a punto estuvo de perder en las últimas elecciones municipales. Entonces, Rus salvó la alcaldía de Xàtiva por la mínima al asignarse en el recuento final el concejal que le daba la mayoría absoluta (11 ediles) frente a una izquierda que le superaba en votos (7.928 frente a 7.333). Sobre esa base municipal, ahora deteriorada por la crisis económica y los escándalos que afectan al PP, pivota todo lo que es Rus: alcalde, presidente de la Diputación, presidente provincial del PP y diputado autonómico. Cargos a los que une su condición de presidente del Olímpic de Xàtiva y empresario de distintos ramos.

En el campo opuesto su sitúa el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, que lleva dos años tratando de desvincular el futuro del Valencia CF de la gestión del PP. Asfixiado por la herencia que dejó Francisco Camps —que no dudó en destinar cantidades millonarias a los principales equipos de fútbol valencianos para desarrollar su política de panem et circenses—, Fabra y su Gobierno han hecho esfuerzos ímprobos por desvincularse de los pufos heredados. Tras meses de desgaste y pugna con Bankia y la Fundación del Valencia CF para no tener que pagar 86 millones de euros como avalista de un crédito impagado, el Consell había encarrilado finalmente la situación.

El Consell teme las consecuencias si los resultados deportivos van mal

Bankia es quien pilota el proceso de venta del club blanquinegro, a través de una comisión en la que está representada la fundación del club y el Consell, a través del consejero de Hacienda, Juan Carlos Moragues, que tiene el compromiso del banco de que el aval se le devolverá a la Generalitat sin ninguna quita y de que el comprador tendrá la sensibilidad de proponer un proyecto deportivo solvente.

El pasado día 2 se presentaron en Bankia siete ofertas por hacerse con la propiedad del equipo de Mestalla y aquí empezaron los empujones. Rus aseguró el pasado día 5, en plena reunión intermunicipal del PP en Valencia, que tenía el respaldo de la oferta rusa y descalificó la oferta de un fondo árabe porque “desde Jaume I no ha habido ningún moro aquí gobernando”. Una oferta que acabaría retirándose días después, mientras distintas fuentes afirmaban que el presidente de la Diputación también ha hablado de futuro con una de las dos ofertas estadounidenses presentadas.

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La intervención de Rus en el proceso disparó todas las alarmas en Presidencia y el PPCV. Tanto que el propio Fabra le advirtió públicamente, tras hacerlo en privado: “Yo ya he dicho que en estos momentos tenemos que centrarnos en nuestras responsabilidades. Yo tengo poco tiempo para hacer las cosas que no sea estar al frente de la Comunidad Valenciana. Nos tenemos que centrar en la responsabilidad que nos han dado los ciudadanos”. Sin embargo, Rus, fiel a su estilo, se revolvió 24 horas después: “Cada uno tiene una capacidad y yo hago las cosas como Dios Manda. Si gana mi oferta, será la mejor”.

El presidente de la Diputación tiene relación con dos de las seis ofertas

Fabra se mantiene hoy por hoy inflexible y fuentes próximas a él aseguran que si gana la oferta de Rus y opta a la presidencia del Valencia tendrá que dejar, como mínimo, la dirección provincial del PP. En el Consell y en la dirección regional del partido temen el desgaste electoral que produciría una nueva repolitización del club de Mestalla y una crisis de resultados deportivos en puertas de las municipales y autonómicas.

Como dijo el entrenador del Liverpool Bill Shankly, “algunos creen que el fútbol es cuestión de vida o muerte, pero es mucho más que eso”.

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