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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

CEIM, producto de sus asociaciones

El empresario analiza el formato y estructura de la Confederación Empresarial Independiente de Madrid, a cuyas elecciones se presentó y en las que resultó reelegido Arturo Fernández

Arturo Fernández (izquierda) e Hilario Alfaro.
Arturo Fernández (izquierda) e Hilario Alfaro.

Concluido el proceso electoral en la patronal madrileña, es conveniente y deseable el análisis y la reflexión sobre los resultados en nuestra confederación y sobre su futuro.

Estas elecciones han puesto de manifiesto, en primer lugar, que la Confederación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM) no es una organización de pensamiento único; existe más de una forma de articular la representación empresarial. Y, en segundo lugar, que los problemas de las pymes poco tienen que ver con las grandes empresas; su estructura y funcionamiento debe ser abierto y fiel reflejo pues de la casa de todos.

De los 1.097 votos emitidos, el 62,5% fueron para Arturo Fernández y el 35% para mi candidatura. Hubo un 11% de abstención y un 2,5% de votos en blanco o nulos.

Al margen de las dificultades que se han suscitado durante este proceso electoral, las inexistentes garantías para el voto delegado y la sorprendente forma de sufragio con papeleta abierta y sin sobre, no tengo nada que objetar al resultado —por el que ya felicité al señor Fernández—, que responde sin embargo a unos estatutos con falta de perspectiva ante unas verdaderas elecciones.

Quiero llamar la atención sobre la configuración de la asamblea general de CEIM, que sin duda ha influido decisivamente en ese resultado electoral. De las 255 entidades con derecho a voto, 157 son asociaciones sectoriales y territoriales, y 98 son empresas. Sin embargo, el voto de las organizaciones solo representa el 52,3 % del censo, frente al 47,7 % de las empresas.

Más llamativo aún resulta que, de esas 98 empresas, 19 sumaban 363 votos, el 29,4% de la asamblea. En la Comunidad de Madrid hay 500.000 empresas, según el INE.

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Por la filosofía de sus fines, CEIM debería ser una entidad que integre a las asociaciones empresariales y a aquellas empresas que, no teniendo ninguna institución sectorial o territorial que las represente en su actividad, deseen serlo en sus intereses por esta confederación. Sin duda pueden y deben admitirse empresas líderes en su sector, pero creo que debe analizarse con profundidad su peso en la organización.

A ese respecto, quiero recordar que en la CEOE y en CEPYME las empresas tienen voz pero no voto.

También conviene plantear si las empresas que están controladas por las Administraciones pueden jugar un papel decisivo en los destinos de los empresarios madrileños. En estas elecciones, Ifema, Madrid Network, la Fundación Universidad Empresa y Mercamadrid, entre otras, aunaban el 7% de los votos, más que la suma de las asociaciones empresariales madrileñas representativas del sector del metal, la construcción y las artes gráficas, que afiliando a decenas de miles de empresas solo tienen un peso electoral en CEIM del 6%.

Además, se da la circunstancia que determinadas entidades empresariales participan con mayor peso decisivo que las asociaciones sectoriales y territoriales por el solo hecho de pagar una cuota mayor, pero sin ningún criterio de representatividad.

Las elecciones han puesto de relieve varias situaciones clave: la urgente necesidad de modificar los obsoletos estatutos; la reflexión y, en su caso, redefinición, del modelo organizativo que quieren y necesitan los empresarios madrileños; y las condiciones de participación de ciertas empresas que, aun no siendo públicas, son dirigidas bajo la tutela de las Administraciones.

Sin este previo análisis, y una decisión concertada de los empresarios, todas las acciones que se acometan carecerán de la esencia de cualquier plan: el conocimiento de la realidad y las necesidades de los empresarios representados en CEIM por sus respectivas asociaciones empresariales.

En este camino para mejorar CEIM los empresarios madrileños siempre me tendrán a su disposición.

Hilario Alfaro es presidente de la Confederación de Comercio de Madrid (COCEM).

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