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Cuatro meses de cárcel por empujar a un rival durante un partido de veteranos

Condenado un jugador que lanzó a otro contra una valla, con el balón en juego, en un partido

Parecía una acción más de un partido de fútbol en una liga de veteranos, seguramente desleal, dura, castigada después por el comité de competición correspondiente con una sanción, pero una más que parecía quedar en manos de la justicia deportiva. No fue así. Un jugador del Deportivo Coia, de Vigo, ha sido condenado por el Juzgado de lo Penal número 1 de la ciudad olívica a cuatro meses de cárcel, que no cumplirá por carecer de antecedentes penales, y una indemnización de 1.210 euros. La línea empleada por la defensa para solicitar la absolución del procesado argumentaba que se trataba de una acción con el balón por medio; la juez explica en su auto que ese detalle no tiene relevancia en su decisión. De ahí que sea una sentencia pionera en España, porque por primera vez advierte que el castigo puede llegar aún en un lance del juego. Los precedentes en España por sucesos acaecidos en competiciones deportivas tienen que ver con agresiones incluso en mitad de un partido entre jugadores o a un árbitro.

Todo ocurrió en mayo de 2011 durante un partido en los instantes finales de un partido entre el Deportivo Coia y el Farol, de la localidad pontevedresa de Vilaboa. Un futbolista de este equipo, que iba ganando, protegía la pelota para que saliese junto a un córner con ánimo de dejar que los segundos transcurriesen y un rival le empujó por la espalda, según declaró después el árbitro ante el tribunal con “rabia” y en una carga que no fue legal sino un empujón con ambas manos cuando la pelota, además, ya estaba fuera. El futbolista del Farol impactó contra la valla que delimitaba el campo y sufrió dos aparatosas heridas, una en la frente, que tuvo que ser suturada y que supuso con el tiempo una cicatriz de cuatro centímetros; la segunda junto al ojo izquierdo. El comité encargado de establecer sanciones deportivas castigó al futbolista del Coia con tres años de suspensión, pero el lance acabó en el juzgado con una petición de un año de cárcel por parte de la Fiscalía. Al final serán cuatro meses. La jueza entiende que el agresor debería haber considerado el peligro que corría el agredido por la cercanía de la valla y le reprocha “ánimo de menoscabar la integridad física”. Y abre una espita para que un lance así, por más que haya sido castigado por un comité deportivo, pueda acarrear también consecuencias penales.

En Argentina hay un precedente encarrilado hacia la responsabilidad civil y no penal: Mauro Camoranesi, exfutbolista del Juventus, fue condenado en 2008 por un juzgado a indemnizar con unos 45.000 euros a un futbolista al que había lesionado en un partido de categoría regional trece años atrás, una entrada dura con la pelota por medio. En 2012 la Corte Suprema de Buenos Aires ratificó la sentencia. En el caso de Vigo se discutía si se podía englobar el lance en el apartado de la agresión o en el de una mera acción del juego, pero la juez deja claro que en cualquier caso su decisión hubiera sido la misma y tilda la acción del futbolista del Coia como “imprudente”.

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