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Callón abandona la presidencia de A Mesa y no optará a la reelección

"Ahora mi deseo es regresar a tiempo completo a mi vocación docente", ha señalado

El actual presidente de A Mesa Pola Normalización Lingüística, Carlos Callón, no optará a la reelección al frente de esta asociación en la asamblea nacional que celebrará el próximo 26 de abril en el Centro Sociocultural Ágora da Coruña y de la que saldrá la nueva Comisión Permanente.

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Así lo ha anunciado en una carta de despedida publicada en su blog, en la que explica que tomó la decisión de no encabezar ninguna candidatura tras "un largo periodo de reflexión", poniendo "punto y final" a un periodo en el que tuvo "la responsabilidad y el honor de presidir esta entidad". Callón ha incidido en la necesidad de "promover las renovaciones" en A Mesa a través de personas que sepan "profundizar más en los aciertos" y "corregir errores y superar algunas limitaciones", mostrándose "satisfecho" de que miembros de la actual dirección presentan una candidatura continuadora con su labor y con "la incorporación de nuevas manos".

El otro motivo que motivó su decisión es el de "asumir nuevos retos", dado que lleva en el cargo desde los "23 hasta los 35 años". "Ahora mi deseo es regresar a tiempo completo a mi vocación docente", ha señalado, además de "desarrollar varios proyectos" que tiene y "continuar con el activismo lingüístico". En este último punto, ha recordado que "todos los adelantos" para la lengua gallega se han producido "como resultado de la presión social" y ha trasladado su "compromiso inquebrantable e insobornable en la defensa de la lengua". Asimismo, ha trasladado su "gratitud particular" a Iria Taibo Montenegro, por su asesoramiento y apoyo y "hacer posible" la continuidad de A Mesa en "la más fuerte etapa de ataques". "Me despido de vosotros dando un abrazo de los enormes y animándonos, a todas y todos, a que continuemos y mismo revitalicemos nuestro activismo diario, como hormiguitas, en defensa de la lengua y de la cultura de esta vieja nación que no se resigna a desaparecer. Tenía razón Manuel María al advertir que si perdemos la lengua no seremos nadie. Queremos ser! Seamos!", concluye.

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