_
_
_
_
_

Amnistía Internacional pide que se revisen los protocolos de reducción

Espadaler no ve “ninguna razón” para apartar a los Mossos que intervinieron en Barcelona y Salou

Rebeca Carranco
El consejero de Interior, Ramon Espadaler.
El consejero de Interior, Ramon Espadaler.Jaume Sellart (EFE)

Los protocolos de reducción que aplican los Mossos d’Esquadra a personas en un estado de agresividad o de violencia están en entredicho después de que el miércoles muriesen dos hombres en un intervalo de tres horas tras sendas intervenciones de la policía catalana. Amnistía Internacional envió este viernes una carta al consejero de Interior, Ramon Espadaler, pidiéndole que se revisen esos protocolos y que se cree un mecanismo independiente para investigar los casos en los que se ven envueltos policías.

Espadaler, lejos de asumir la necesidad de cambiar la forma de proceder de los agentes, alegó que esos protocolos están estandarizados tanto en España como en el resto de Europa. “Por lo tanto, cuidado con poner en cuestión estos procedimientos”, dijo, en declaraciones a los medios en el Día de las Esquadres en les Terres de l’Ebre. Para Espadaler, los agentes actuaron correctamente. “Por la información que tenemos ahora, y que se desprende de los propios agentes y de los testigos, no hay ninguna razón que conduzca a pensar que se deba apartar del servicio a estos agentes”, afirmó.

El miércoles por la tarde, con escasas tres horas de diferencia, dos hombres murieron tras ser reducidos por la policía catalana. El primer caso se produjo en la plaza de Molina, en Barcelona. A las seis y media de la tarde, un camarero de la cafetería Bopan avisó a los Mossos porque un hombre estaba en la terraza del establecimiento, molestando al resto de clientes. La policía trató primero de dialogar con él, pero este se negó a identificarse, y les lanzó una mesa y les mordió, según la versión policial, refrendada por varios testigos. Seis mossos intervinieron en su reducción, que consiste en inmovilizarle las extremidades, boca abajo, para esposarle. Al levantarle del suelo, el hombre, Alfons Bayard, de 47 años y actor de series de televisión, palideció y se desmayó. Murió en la ambulancia que le trasladaba al hospital Clínic.

Poco después, a las diez de la noche, la policía catalana recibió un aviso de que una mujer pedía auxilio, en un piso, en Salou (Tarragonès). Una vez dentro, los agentes encontraron a un hombre golpeando a su pareja, que estaba ensangrentada. Los policías les separaron y trataron de reducir al hombre, que estaba muy violento y les agredió, según informó la policía catalana. De nuevo, tras ser reducido, como en le caso anterior, el hombre se desmayó y falleció.

El presidente del Comité de Ética de los Mossos, el profesor Francesc Torralba, precisó que antes de pedir la revisión de los protocolos, se debe conocer “la causa real” de la muerte de ambos hombres. Hasta el momento, no han trascendido los detalles de las dos autopsias. Torralba, sin embargo, no cerró la puerta a pedir cambios en los protocolos, en el caso de que se demuestre que alguno de ellos supone un exceso.

A las dos muertes, se suma el polémico caso del empresario del Gayxample Juan Andrés Benítez, después de ser reducido por los Mossos en el Raval, el pasado 6 de octubre. “Dejando de lado estos casos, la formación en defensa policial y uso de la fuerza es nula”, criticó el portavoz del Colectiu Autònom de Treballadors Mossos d’Esquadra (SindiCAT), Ramon Labrador. A su entender, las dos horas semanales de práctica en la escuela durante los nueve meses del curso básico no son suficientes. “La formación continuada no existe, y quien quiere, tiene que pagarse los cursos por su cuenta”, criticó. Algo que Interior niega. “Se da la misma formación que al resto de policías de Europa”, alegó una portavoz.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_