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PSC y CiU, a por el voto inmigrante

El censo tiene 140.000 nuevos catalanes con derecho a sufragio, una cifra que se disparará en los próximos años

Inmigrantes en un acto electoral del PSC en Lleida
Inmigrantes en un acto electoral del PSC en LleidaHermínia Sirvent

La movilización de un grupo de paquistaníes para participar en las primarias del PSC de Barcelona es un reflejo de la estrategia que aplican desde hace años los socialistas catalanes para atraerse a la nueva inmigración. En este caso, con una mala praxis, porque los paquistaníes no sabían que votaban la candidatura de Jaume Collboni ni qué eran las primarias, pero lo cierto es que tanto el PSC como CiU, y en menor medida ICV, son conscientes que es un electorado a cuidar.

Los nuevos catalanes suponen un pastel de más de 140.000 personas con derecho a voto, comunitarios al margen, una porción nada desdeñable que aumentará progresivamente en en decenas de miles cuando el millón y medio de inmigrantes extranjeros que han llegado a Cataluña desde 2000 vayan obteniendo la nacionalidad: a los diez años si no procedan de Latinoamérica y en mucho menos, depende del país, si es de aquella región.

Por continentes, los llegados han sido medio millón de latinoamérica, 400.000 europeos, 360.000 africanos y 200.000 asiáticos, según las cifras que maneja Àngel Colom, secretario de inmigración de Convergència, quien admite sin reparos el interés del partido por atraer a estos colectivos. Tanto, que CDC creó hace años la fundación Nous Catalans para ocuparse de ellos y competir sin reparos con el PSC, el partido que se empezó a relaciones antes de estos colectivo, como hace 30 años ocurrió con la inmigración española.

Desde hace ya unas cuantas campañas electorales hay actos específicos para inmigrantes, en los que en ocasiones brotan tintes paternalistas. “No pongáis una crucecita al lado del nombre de Artur Mas en la papeleta, simplemente meted la papeleta dentro del sobre”, les aconsejó Àngel Colom en un acto celebrado el 20 de noviembre de 2010, la campaña electoral con la que CiU reconquistó la Generalitat. “Que nadie se equivoque marcando la crucecita”, remachó Mas para evitar que las papeletas fuesen nulas. El auditorio lo formaban inmigrantes llegados en 30 autocares.

Colom explica que su partido mantiene relaciones fluidas con todos esos colectivos y han organizado actos específicos a favor de la independencia

Sala, secretario de nueva ciudadanía del PSC, intenta justificar lo ocurrido en las primarias de Barcelona, con el argumento de que Collboni y la también candidata Laia Bonet, celebraron actos con los paquistaníes y que estos se movilizaron “grupalmente, como hacen siempre”. Las imágenes de TV3 evidencian, sin embargo, que hubo manipulación de ese colectivo.

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El PSC tiene 2.941 inmigrantes en sus filas, entre militantes y simpatizantes. La gran mayoría son latinos (1.572), seguidos de europeos (688), árabes (434) y africanos (199). Los asiáticos, básicamente paquistaníes apenas llegan a los 40, aunque en el caso de la ciudad de Barcelona su importancia es mucho mayor. Son 22.310, según el último padrón municipal y suponen el 7,8% de extranjeros registrados, muy a la par de italianos (24.981), chinos (16.850), marroquíes y bolivianos (13.475 y 13.426, respectivamente).

En el caso del PSC, los inmigrantes están agrupados en el Col·lectiu Nou Bressol, igual que al inicio de la transición se creó el Colectivo Crisol para aglutinar a la inmigración de otras partes de España. “Es la nueva sociedad”, dice Josep Maria Sala, quien asegura que el objetivo es que militen en las agrupaciones de sus barrios. Con todo, la representación que tienen en los órganos de dirección del PSC y de CDC es nula.

Colom explica que su partido mantiene relaciones muy fluidas con todos esos colectivos y en los últimos meses han organizado actos específicos a favor de la independencia. A finales de 2009, la Coordinadora Nacional de la Consulta ya organizó un acto a favor de las consultas soberanistas que se celebraron en algunos municipios.

Un estudio realizado en 2013 por la Generalitat sobre la integración de los inmigrantes reveló que el 67% de ellos tenían poco o ningún interés por la política catalana y el 32,5% bastante o mucho. Al ser preguntados por la simpatía hacia los partidos, cuatro de cada diez dijeron que no escogerían ninguno del acto parlamentario, que en el caso de los autónomos era del 27,4%. El partido preferido era, con mucha diferencia, el PSC, con el 31,6%, ua cifra que dobla con creces el logrado por los socialistas en las últimas autonómicas. Aquel estudio situaba las simpatías de los inmigrantes hacia CiU en el 3,8%, y en porcentajes aún inferiores con el resto de partidos.

En el caso de la población pakistaní, convergentes y socialistas coinciden en que mantienen buenas relaciones con ellos y con el centenar largo de entidades que tienen toda Cataluña, La federación catalana, laica y progresista es la que sintoniza más con CDC y a los que intentan atraer.

Ese acercamiento de PSC y CDC hacia los pakistaníes no escapa tampoco a sus costumbres y aficiones. Colom recuerda que en Cataluña hay 40 clubs de críquet, un deporte muy practicado entre los jóvenes de familias sin penurias económicas. Sala explica que ha aprendido urdú para comunicarse mejor con ellos y que el PSC se centra en cultivar más las relaciones con los partidos progresistas, incluso con los dos colectivos de taxistas que existen en Barcelona.

En la reciente polémica a propósito de las primarias del PSC, colectivos de pakistaníes afines a uno y otro partido han salido a la palestra para reprobar o minimizar lo ocurrido en Ciutat Vella.

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