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El fiscal pide 17 años para un acusado de un incendio forestal en Chelva

El ministerio público afirma que el hombre causó el fuego como "represalia" El procesado, que ya había sido condenado por incendio, no fue contratado como peón forestal Juan José T. T. rechaza la acusación

No consiguió trabajo como peón forestal y en venganza por este rechazo prendió fuego al monte. Esta es la tesis de la fiscalía, que pide para Juan José T. T., de 55 años, un total de 17 años de prisión por un delito de incendio forestal en el juicio con jurado que ha que arrancado hoy en la Audiencia de Valencia. El fuego presuntamente causado por el procesado arrasó 656,54 hectáreas de los municipios de Chelva, Tuéjar y Benagéber (Valencia) el 1 de junio de 2012.

Juan José T. T. ha negado en la vista cualquier participación en el incendio y ha sostenido que no pudo ser el causante porque su casa estaba en la zona afectada. Su defensa pide la absolución al considerar que no hay ninguna prueba directa contra su cliente, "tan solo palabrería y conversaciones de bares".

Según recuerda el fiscal en su calificación provisional, esta no es la primera ocasión en que el procesado se enfrenta a un juicio por causar un incendio. En 1998 ya fue condenado a cuatro años y dos meses de prisión por este delito, aunque en estos momentos ese antecedente "debe reputarse como cancelado". No obstante, el ministerio público lo apunta en su escrito.

El fiscal sostiene que el procesado, "en represalia por no haber sido seleccionado en la oferta de empleo realizada por el Ayuntamiento de Chelva para la contratación temporal de varios puestos de peón forestal", prendió fuego a la vegetación en una zona de monte del término "a sabiendas" de que el incendio se "propagaría de forma muy rápida" por la alta temperatura de aquella jornada. Además, el incendio lo provocó en una "acusada pendiente para facilitar su progreso".

El escrito afirma que el acusado se dirigió después hacia un punto desde el que tenía "una magnífica panorámica" para contemplar la evolución del incendio "sin avisar a nadie de la propagación del mismo". "Tras ello, se dirigió al chiringuito existente a la entrada de la localidad de Chelva, donde se tomó dos cervezas despreocupándose de las consecuencias de su conducta".

El procesado ha afirmado que pidió explicaciones en relación con una persona que había pasado por delante de él en la lista para conseguir el trabajo, pero que no recibió respuesta alguna. "Estaba un poco cabreado y quería que me dieran explicaciones. Se lo dije a un amiguete. Estaba molesto y quería saber el por qué", ha expuesto. En el momento del incendio, el acusado ha defendido se encontraba con un estado de ánimo "malo" por problemas económicos, de salud y de alcoholismo, y que vivía de una pensión que cobraba y de cuidar un campo que tenía, para el que requería "ayuda".

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El día del siniestro, según ha narrado, se dirigió a una partida local a por una lata de gasolina para desbrozar un trozo de acequia, luego hizo una parada a lo alto del pueblo de Chelva, y después bajó y se fue a un chiringuito a tomarse un par de cervezas. Cuando llegó a lo alto del pueblo, a un punto llamado Corral Alto, estacionó su coche para "liar un cigarro", y al girarse fue cuando vio el humo, pero ninguna llama.

"Cosas de bares"

Juan José T. T. ha negado, frente a lo que mantienen varios testigos de la causa, que fuera diciendo por el pueblo que iba a arder Troya, que iba a liarla gorda o que pretendía dejar el monte raso. "No me acuerdo. Las cosas de bares se olvidan enseguida y en los bares se puede arreglar el mundo con dos cervezas".

El acusado también ha negado que ante los policías reconociera haber provocado el incendio, pese a que firmó la declaración en la que señalaba que había cogido un papel y había prendido fuego al monte por estar cabreado con el Ayuntamiento.

A este respecto, ha explicado que los agentes le hicieron preguntas y en una de ellas le preguntaron que en caso de haber sido él, cómo le hubiera pegado fuego, a lo que contestó que con un papel: "Pero todo fue hipotéticamente. Nunca admití que le hubiera pegado fuego".

El incendio de Chelva no se dio por definitivamente extinguido hasta 10 días después y el coste de los medios aéreos y terrestres para controlar las llamas alcanzó los 209.364,09 euros. El fiscal enfatiza que solo un "gran despliegue" de medios y el pantano de Benagéber impidieron que el fuego alcanzara la provincia de Cuenca "con consecuencias tanto para las personas como para el medio ambiente catastróficas".

Además, destaca que un hidroavión que trabajaba en la extinción capotó en el pantano durante la operación de carga de agua  y "el piloto se salvó de milagro", y un rebrote de las llamas en un punto de la carretera que une Tuéjar con Benagéber dejó atrapada a una sección de la Unidad Militar de Emergencias (UME) a una dotación del Consorcio Provincial de Bomberos de Valencia, "que lograron ponerse a salvo in extremis".

Los daños en las 656,54 hectáreas de matorral, pino, vegetación de ribera y cultivos arrasadas por el fuego fueron "severos" y su regeneración requerirá más de 30 años, indica la fiscalía. Además, el incendio se produjo en una zona de especial protección para las aves. El municipio más afectado fue Benagéber, que perdió 634 hectáreas y valora las pérdidas en 1.676.819,26 euros. Chelva, con 21,33 hectáreas quemadas, calcula el daño en 56.844 euros, mientras que Tuéjar no reclama nada por las 0,6 hectáreas dañadas.

"No hablamos de cosa de poca importancia", ha subrayado el fiscal para explicar la alta pena que reclama para el acusado.

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