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El proyecto San Sebastián 2016 toca fondo con la dimisión de su directora

Las instituciones dan 24 horas a Itziar Nogeras para que reconsidere su decisión

Martin Garitano, primero a la izquierda, y Juan Karlos Izagirre.
Martin Garitano, primero a la izquierda, y Juan Karlos Izagirre.javier hernández

San Sebastián 2016 vuelve a caminar por el alambre. Pero los equilibrios que hasta ahora habían conseguido mantener a la capitalidad en pie difícilmente podrán salvar dignamente al proyecto tras verse envuelto en la enésima polémica. La directora general, Itziar Nogeras, puso ayer su cargo a disposición de las instituciones que conforman el patronato de la Fundación San Sebastián 2016, como confirmó la oficina de prensa del proyecto a través de un breve comunicado. El Ayuntamiento de San Sebastián, la Diputación de Gipuzkoa, el Gobierno vasco y el Ministerio de Cultura solicitaron a Nogeras que reconsidere su decisión.

La directora general, sobre cuya decisión el departamento de prensa se limitó a señalar que la propia Nogeras ya dará las explicaciones oportunas, lleva poco más de ocho meses en el cargo. El pasado mes de julio su nombramiento fue ratificado por las instituciones, tras la polémica de su designación. Nogeras remitió un email a sus compañeros de la Fundación Elhuyar, donde antes trabajaba, explicándoles que dejaba su puesto para incorporarse a la capitalidad. Un correo electrónico que fue enviado el mismo día, el pasado 20 de junio, en el que San Sebastián 2016 comunicó oficialmente la marcha de su antecesora, Eva Salaberria, ligada al proyecto desde su gestación, y antes de que se convocara el concurso público para la elección del nuevo responsable de la capitalidad.

San Sebastián 2016, el proyecto que supuestamente debía ilusionar a una ciudad, ha sumado este martes su última polémica a una lista demasiado abultada. El proyecto que en junio de 2011 resultó elegido, aquel programa que se impuso a otras cinco ciudades españolas, ha tenido que hacer frente a todo tipo de denuncias, desde las que le dedicaron sus rivales, que consideraron que San Sebastián ganó por motivos políticos, hasta el supuesto amaño del nombramiento de Nogeras. Luego vendría un informe redactado desde Europa por el grupo de trabajo que supervisa la evolución del proyecto. Un texto que críticaba la falta de liderazgo del proyecto, las injerencias políticas, el retraso en los plazos de ejecución, e incluso planteaba dudas sobre la capacidad de gestión que las cuatro instituciones que conforman la Fundación San Sebastián 2016 —Ayuntamiento de San Sebastián, Diputación de Gipuzkoa, Gobierno vasco y Ministerio de Cultura—.

La responsable máxima lleva tan solo ocho meses en el cargo

El patronato de la Fundación tenía previsto celebrar el martes una reunión a las 16.00, en la que, entre otras cosas, la capitalidad iba a presentar un avance de la programación a las instituciones, el presupuesto para 2014 y explicar la negativa, que finalmente no fue tratada, del bertsolari y asesor del proyecto Jon Maia a actuar en el bar de un expreso “arrepentido” de ETA. Pero al orden del día se sumó, a última hora, un punto inesperado, la convocatoria de una rueda de prensa de Nogeras, sin explicar el motivo, a las 18.00 y que finalmente fue desconvocada.

Los nervios flotaban en la antigua sede de los bomberos de San Sebastián, y hoy el edificio que alberga las oficinas del proyecto, cuando los periodistas comenzaron a arremolinarse a la hora fijada en la entrada de la segunda planta. Todos los trabajadores esperaban ansiosos alguna noticia sobre la repentina convocatoria de Nogeras, una persona sobre la que se puede contar con los dedos de una mano en cuantas ruedas prensa ha participado como directora de San Sebastián 2016.

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Las noticias no llegaron y prácticamente una hora más tarde de la convocatoria oficial la responsable de comunicación, Itziar Elizondo, decía a los periodistas que la rueda de prensa quedaba anulada. Mientras, los representantes institucionales salían a la carrera —el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano, estuvo a punto de caerse y tras él, el alcalde, Juan Karlos Izagirre, y la consejera de Cultura, Cristina Uriarte— de la sala en la que se habían reunido con Nogeras.

La directora general tenía previsto anunciar en la rueda de prensa su dimisión, una decisión sobre la que las instituciones han propuesto un plazo de 24 horas para que reconsidere, según fuentes próximas al proyecto. Nogeras, por su parte, presentó una serie de exigencias a las instituciones a cambio de permanecer en el cargo, según las mismas fuentes.

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