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150 nocheviejas esperando la calle del relojero Losada

El Ayuntamiento escamotea un tributo al artesano que regaló el reloj de Sol

Maquinaria del reloj de la Puerta del Sol, fotografiada en 2008.
Maquinaria del reloj de la Puerta del Sol, fotografiada en 2008.Uly martín

Dos siglos después de su nacimiento en una aldea leonesa que apenas merece tal nombre, un humilde pastor sigue a la espera de conseguir su bien merecida calle en la capital del reino.

Cuenta la leyenda que José Rodríguez Losada huyó de su pueblo para no rendir cuentas por la pérdida de una cabra a fauces de los lobos. Fue perseguido por sus ideas políticas por el padre de José Zorrilla, y loado después por el poeta romántico, que le consideraba “seco, cejijunto y algo brusco en sus modales”, pero “de oro el corazón”. “Famosísimo”, “un gran mecánico”, era, según Zorrilla, “Losada relojero”. Madrid, y casi toda España, le recuerda una vez al año, cuando uno termina y otro comienza en la puerta del Sol. Allí late aún el reloj que donó a la ciudad y que la pone en hora desde el 16 de noviembre de 1866.

Hace casi 10 años que un funcionario ya jubilado se estrella sin apenas éxito contra la burocracia para que la capital, agradecida, le ponga el nombre de Losada a una calle. “O mejor, Jardines Relojero Losada, lo piden a gritos las dos riberas del Manzanares”, señala Amador Rodríguez, que ahora tiene 85 años y comenzó su particular cruzada hace nueve.

El relojero José Rodríguez Losada.
El relojero José Rodríguez Losada.

Se dirigió entonces al Ayuntamiento y al Gobierno regional, pero solo obtuvo silencio. Insistió, y el pasado mes de enero arrancó al fin algo parecido a un compromiso al área municipal de Las Artes, que dirige Pedro Corral (PP).

Ahora depende de que cualquiera de los 21 distritos vea oportuno bautizar en honor al relojero alguna de sus calles. Para acelerar el proceso, el Partido Socialista, que lidera Jaime Lissavetzky, presentó ayer una propuesta en el distrito Centro, lo que acercaría además ese homenaje al objeto que mejor lo justifica: el reloj de la Casa de Correos. El PP y el resto de grupos votaron a favor.

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Nacido en 1797 en Iruela, hoy día pedanía de la comarca leonesa de La Cabrera, Losada se refugió en 1835 en el Londres casi victoriano huyendo de las ominosas consecuencias de sus intrigas ante Fernando VII. Su vida anterior, incluidos sus presuntos orígenes como cabrero, se difuminan en leyenda. Pero ya en su establecimiento de la señorial Regent Street, despachó 6.200 relojes, según el historiador Roberto Moreno, y se ganó fama universal.

Fue relojero de cámara de la reina Isabel II y cronometrista de la Marina Militar española y mereció condecoraciones reales en su patria, pero murió en Londres, a los 72 años. Años antes, en 1865, regaló a Madrid un reloj con el que ser recordado, aunque en sus primeros años solo obtuvo chanzas por una inexactitud atribuida al deficiente mantenimiento.

Por todos esos motivos, si no otros, Amador Rodríguez, funcionario municipal leonés ya retirado, escribió en diciembre de 2005 al entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón (PP), pidiendo un homenaje para Losada. “No me resigno a que quede en olvido mi petición”, volvió a escribirle años después, al comprender que su requerimiento dormía el sueño de justos e injustos.

En julio de 2012, lo intentó con la sucesora de Gallardón al frente del Ayuntamiento, Ana Botella (PP). Recibió respuesta telefónica: en septiembre la alcaldesa le recibiría para tratar el asunto. Pero algo debió torcerse porque esa cita nunca llegó a tener lugar.

Decepcionado, escribió de nuevo al Ayuntamiento en otoño de 2013: “Dificulta estar pendiente” del teléfono todos los días por si llega la llamada que le requiera al Palacio de Cibeles, se quejaba.

Finalmente, en enero de 2014, el área de Las Artes responde: ha tramitado su propuesta a los distritos —de nuevo—, para que tomen nota cuando quede una calle pendiente de bautismo. “No es fácil atender de manera rápida dado que son escasas las vías y espacios públicos susceptibles de denominar”, añade la misiva.

Amador Rodríguez, afiliado a AP hace 30 años y ahora, con 85, probablemente uno de los miembros decanos del PP, ha renegado de su carné del partido. Buscó amparo en la otra orilla, y logró así que los socialistas llevaran su propuesta ayer al pleno del distrito Centro. Fue aprobada por unanimidad, pero de aquella manera.

Resultó que la vía propuesta para el homenaje por los socialistas, un callejón detrás de la Casa de Correos, ya tiene nombre oficioso, calle de la Paz. El PP y la oposición (PSOE, IU y UPyD) pactaron aun así buscarle otra vía en Centro —“difícil”, admite el concejal de distrito, David Erguido, pues no es un área en la que proliferen nuevas calles—. O, en su defecto, en otra zona de la ciudad.

La propuesta será elevada posiblemente a pleno, pues el acuerdo ha sido unánime. “Se ha puesto fin a la injusticia de la falta de reconocimiento de un personaje de la historia de la ciudad. Con este acuerdo reconocemos el trabajo de aquel que trajo a Madrid el reloj de Sol, uno de los iconos más apreciados por madrileños y españoles”, indica Lissavetzky.

Pero llevará tiempo. Entre tanto, el homenaje a Losada seguirá siendo cuatro cuartos y 12 campanadas una vez al año.

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