El sector de las tragaperras exige la misma rebaja fiscal de BCN World

Una vez desencallada la ley que dará luz verde a BCN World, los seis casinos que se prevén abrir en el nuevo complejo de la Costa Dorada más los cuatro ya existentes en Cataluña tienen asegurado que pagarán un tributo sobre el juego del 10%, frente al 55% actualmente vigente. CiU y PSC han aceptado la rebaja porque lo demandaba el impulsor, Veremonte, y porque consideran que es el gravamen necesario para que el proyecto sea competitivo internacionalmente. Pero otras empresas del juego lo sienten como un agravio comparativo y ayer reclamaron que la rebaja fiscal también les beneficie a ellos. No de la misma forma, porque cada sector tiene su propio tributo, pero síuna rebaja similar.

"Es un poco surrealista que tengan más ventajas quienes vienen de fuera que los que llevamos aquí 30 años", señaló el presidente de Europer, la patronal de los operadores de máquinas recreativas, Albert Sola, quien explicó que llevan tiempo demandando una rebaja de la tasa que pagan por cada máquina y les faciliten la implantación de nuevas salas, que ahora, asegura, les lleva un año de papeleo. Por cada máquina pagan en torno a 3.600 euros fijos al año, lo que, según sus cálculos, supone pagar más de un 30% de impuestos en función de sus ingresos. "Sabemos que modificar el reglamento es muy complejo, pero hace tiempo que les pedimos que nos rebajen la tasa entre un 25% y un 30% durante unos tres años, hasta que pase la crisis", explica. Sola reclama, además, que tienen que competir contra los operadores del juego online, que pagan tan solo un 10% de impuestos.

El presidente de la Asociación de Empresarios del Bingo (AEJEA), Xavier Franch, matizó más su reivindicación. Se puso al lado del proyecto de BCN World y de la Generalitat por sus problemas financieros y reclamó una rebaja fiscal —pagan un 50%—, pero sobre todo para equipararse a otras fórmulas de bingo —como el electrónico— que paga un 30%. En todo caso, aseguró que se tendrá que esperar a ver cómo queda aprobada la ley.

CiU abrazó al PSC para cerrar el pacto de Barcelona World ante la resistencia de Esquerra Republicana, su socio parlamentario, que se opone a la reducción de impuestos para el juego y otros aspectos del acuerdo. Los republicanos aprovecharon el pacto para ejercer de oposición (perfil que se reserva para contados aspectos en esta legislatura) y cargar contra los socialistas, con quienes compiten por el espacio del centro izquierda catalán.

La portavoz del partido, Anna Simó, consideró "gravísima" la bajada de impuestos, especialmente en un momento "en el que se pide un esfuerzo fiscal a los ciudadanos" en alusión a los últimos presupuestos aprobados por CiU y ERC. Según la portavoz, el pacto supone "un cheque en blanco" a los promotores del proyecto. ERC promete dar batalla durante la tramitación del proyecto. Los republicanos consideran que el Gobierno y el PSC han tenido prisa para pactar y no han jugado bazas como el atractivo de los terrenos y de la marca Barcelona. ERC confía en limar alguno de estos aspectos en la tramitación, pero los republicanos, de momento, no son optimistas.

El PSC se convirtió en el foco de las críticas."Cuando se tocan intereses reales del establishment, CiU va corriendo a pactar con el PSC", denunció Simó, que citó como ejemplos BCN World y la privatización del departamento comercial de TV-3, avalada por los socialistas y el PP.

La formación de Alicia Sánchez-Camacho se sumó a las críticas al PSC. La líder del PP catalán acusó a los socialistas de tener "prisa" para pactar con Mas y pidió el "máximo consenso" para el proyecto, informa Ángels Piñol.

Las críticas al PSC llegaron incluso desde sus propias filas. Los ganadores de la primera vuelta de las primarias en Barcelona, Jaume Collboni y Carmen Andrés, se desmarcaron del pacto afirmando que el de BCN World no es su modelo económico.