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Los cabecillas de Emarsa frecuentaron Andorra

La trama corrupta blanqueó presuntamente 3,5 millones del latrocinio en el Principado

Joaquín Gil

Andorra fue el destino predilecto de los cabecillas del caso Emarsa. Incluso, un año después de destaparse el saqueo de 25 millones de euros de la entidad que depuraba las aguas residuales de Valencia a manos de una red de militantes del PP. El Principado, donde la trama corrupta blanqueó presuntamente 3,5 millones del latrocinio, fue visitado en marzo y septiembre de 2011 por el exgerente de Emarsa, Esteban Cuesta. El también exalcalde popular de Benimàmet se alojó en una habitación doble del hotel de cuatro estrellas Delfos, según la documentación recabada por la policía andorrana.

La información revela que otro de los 40 imputados de la red, el exalcalde de Manises y expresidente de Emarsa Enrique Crespo se hospedó dos meses después de estallar el escándalo en el establecimiento Andorra Park Hotel. Pero los vínculos de la trama con el minúsculo país que hasta 2011 funcionó como paraíso fiscal van más allá. José Juan Morenilla, gerente entre 2002 y 2011 de la Epsar, el organismo de la Generalitat que gestionaba las depuradoras, figura como copropietario de un piso con plaza de garaje y trastero en la urbanización Els Refugis de Andorra, según un informe del Grupo de Delincuencia Organizada y Blanqueo de la policía del Principado remitido al juzgado de instrucción número 15 de Valencia.

Los inmuebles fueron comprados en octubre de 2003 y forman parte de las 22 propiedades que Morenilla y su mujer amasaron a, través de dos sociedades, durante los años que el imputado controló la Epsar, una sociedad que pagó 100 millones a Emarsa y nutrió las suculentas mordidas de la alambicada telaraña intereses, según la investigación que, desde hace tres años, desarrolla el instructor Vicente Ríos.

La documentación que maneja su juzgado mantiene la incógnita sobre el paradero de Jorge Ignacio Roca, el único de los imputados de la trama que permanece en busca y captura. El prófugo, que presuntamente utilizó a su madre para blanquear el botín de Emarsa, no dejó rastro en los hoteles del Principado, donde abrió cuentas corrientes para distraer el pillaje.

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Sobre la firma

Joaquín Gil
Periodista de la sección de Investigación. Licenciado en Periodismo por el CEU y máster de EL PAÍS por la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene dos décadas de experiencia en prensa, radio y televisión. Escribe desde 2011 en EL PAÍS, donde pasó por la sección de España y ha participado en investigaciones internacionales.

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