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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una pasión japonesa

Palau 100 propuso a sus abonados una 'Pasión según San Juan', menos famosa pero no de menor calidad

Siguiendo la tradición de presentar en los aledaños de la Semana Santa alguna de las Pasiones conservadas de Bach, el ciclo de conciertos Palau 100 propuso a sus abonados una Pasión según San Juan, menos famosa pero no de menor calidad que la célebre y muy divulgada Pasión según San Mateo.

La obra llegó de la mano del Bach Collegium Japan que dirige Masaaki Suzuki, una formación con larga experiencia que ha conseguido figurar por méritos propios al lado de las prestigiosas formaciones occidentales que han monopolizado la interpretación de la pieza durante décadas.

El modelo de Pasión propuesto por Suzuki pertenecía a la moderna tendencia a reducir el número de intérpretes al mínimo, tres docenas entre coro, solistas y orquesta. Un modelo que gana en nitidez lo que pierde en cuerpo y fuerza, que deja los errores individuales a la intemperie pero dibuja muy claramente las líneas.

PASIÓN SEGÚN SAN JUAN BWV 245 DE BACH

Bach Collegium Japan. Gerd Türk, tenor. Chiyuki Urano, bajo. Joanne Lunn, soprano. Damien Guillon, contratenor. Masaaki Suzuki, director. Temporada de conciertos Palau 100. Palau de la Música. Barcelona, 24 de marzo

A pesar de que el producto ya venía muy rodado pues antes de llegar a Barcelona había pasado desde mediados de marzo por Bilbao, Valladolid, Oviedo, París, Lyon, Toulouse y Vic, en el Palau le costó bastante arrancar. El inicio resultó errático, todo el mundo daba bien su parte, pero el conjunto no se equilibraba, ni el coro internamente, ni la orquesta, ni la conjunción de ambos. La dirección de Suzuki, muy sobre el compás y poco sobre la frase, atenta al detalle pero perdiendo el sentido del conjunto, tampoco ayudaba. Poco a poco cantantes y orquesta empezaron a escucharse unos a otros y finalmente la cosa acabó bastante bien y a la altura de lo esperado.

Entre los solistas destacó la soprano Joanne Lunn que a partir de una voz potente y hermosa cantó con intensa expresividad. Damien Guillon, contratenor, estuvo mejor en su segunda aria que en la primera, en donde apareció desdibujado. Resultó correcto el bajo Chiyuki Urano como Jesús y poco interesantes el tenor Yosuke Taniguchi y el bajo Peter Kooij. Gerd Türk asumió con corrección el papel de Evangelista.

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