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Castellón, tres años sin aviones

El sector turístico confía en que la infraestructura doble el número de viajeros

Una imagen de la entrada al aeropuerto de Castellón.
Una imagen de la entrada al aeropuerto de Castellón.ÁNGEL SÁNCHEZ

El aeropuerto de Castellón cumple mañana el tercer aniversario de su sonada y precipitada inauguración con fines electorales. Tres años después, el Consell está convencido de que este año es el definitivo. La adjudicación del contrato de gestión y explotación al grupo canadiense Lavalin (que todavía no ha enseñado sus cartas) debería ser el paso definitivo para que por fin aterrizara un avión en las instalaciones de Vilanova d’Alcolea y para que el aeropuerto no llegue a su cuarto aniversario con su viabilidad todavía cuestionada.

El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha necesitado todo un año de purga en Aerocas, la empresa pública encargada del aeropuerto. En el último año, el Consell ha forzado la dimisión de Carlos Fabra como presidente (a quien le concedió plenos poderes sobre la instalación) y destituido al director Juan García Salas. El vicepresidente José Ciscar asumió los mandos para que no se llegara a un tercer aniversario con el aeropuerto en punto muerto. Lavalin todavía no ha firmado el contrato porque su competidora, la consultora madrileña Gesnaer, va a recurrir. Esto ha retrasado una firma que debía haberse realizado antes de este martes y supondrá otro aplazamiento para obtener los permisos de vuelo. Aun así, desde el Consell aseguran que antes de final de año podría aterrizar el primer avión

Los tres años sin aviones han seguido costando dinero. Los gastos de explotación desde 2011 ascienden a unos 15 millones a pesar de estar cerrado. A ello se suman otros costes como los financieros y lo que ha sido el mayor desembolso: los 67 millones de euros que la Generalitat ha tenido que pagar a la exconcesionaria por la realización de unas obras que no debían suponer coste alguno, ya que el consorcio de empresas obtenía el retorno con una concesión a 50 años. Ahora, se pagarán otros 25 millones más a la adjudicataria.

Un recurso de Gesnaer retrasa la firma del contrato con Lavalin

El sector empresarial y turístico de Castellón ve en esta firma el final del camino pero nadie sabe con certeza qué pasará el día que se abra. “Nadie sabe cuántos turistas vendrán a Castellón”, dijo el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería y Turismo de Castellón (Ashotur), Carlos Escorihuela. El representante del sector turístico sí lanzó un deseo: “Si a los diez años hemos conseguido doblar los clientes que tenemos, será un éxito tremendo”.

Dolores Guillamón, presidenta de la Cámara de Comercio, admitió que hacen falta más plazas en la costa y que se crearán cuando se abra el aeropuerto. El sector empresarial también espera que la infraestructura ayude a vender las miles de viviendas vacías que se levantaron en el litoral castellonense en los años del auge. Más difícil es desarrollar el programa turístico que debía llenar la provincia de campos de golf y grandes complejos turísticos.

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Poco se sabe de las intenciones de SNC-Lavalin. El grupo canadiense, con gran presencia en Francia y que gestiona 15 aeropuertos, quiere destinar el de Castellón a fines eminentemente turísticos (descartando el uso para mercancías) y trabajará con tours operadores, vuelos charters y compañías low cost. La Diputación de Castellón ya ha comenzado a trabajar para captar al turista ruso. Recientemente acudió a las ferias Intur Market y MIT que se celebraron en Moscú.

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