_
_
_
_
_

“Mikel”, “Mikel”

Titín III se queda sin un puesto en las semifinales en su despedida del torneo por su derrota ante Urrutikoetxea y Beroiz

Arrigorriaga -
Titín III golpea la bola durante el partido disputado en Arrigorriaga.
Titín III golpea la bola durante el partido disputado en Arrigorriaga.LUIS TEJIDO (EFE)

Titín III quería un puesto en las semifinales del campeonato de parejas en el año de su despedida. En realidad, lo venía acariciando durante varios fines de semana pero se le ha escapado por dos tantos (22-20) en el sábado más decisivo. Incluso, no sería injusto decir que se lo merecía por más de un motivo. Pero la doble M de Asegarce (Mikel Urrutikoexea y Mikel Beroiz) han destrozado su ilusión en uno de los partidos de más calidad y emoción del torneo, disputado en Arrigorriaga, un frontón que jamás olvidará el veterano delantero riojano, enrabietado al final y a duras penas consolado por su compañero Merino II, todo un zaguero para conservar.

Tras la derrota de Berasaluze II y Albisu en la noche anterior, los taquilleros de Arrigorriaga vendieron las decenas de entradas que aún les quedaban en un abrir y cerrar de ojos. Los seguidores de Urrutikoetxea, en la cuenca del río Nervión, recuperaron de repente la fe en la clasificación de su vecino, creyeron que todavía era posible. Que se podía asistir a un relevo generacional siquiera en un partido decisivo. La elección les resultó rentable. Se llevaron para casa el recuerdo de una batalla de tantos interminables, de pelotazos incontables y de puntuales remates propicios para el deleite, con gotas de emoción permanentes.

Al final de la larga etapa, las empresas profesionales están satisfechas del balance. Nadie es inferior. Cada una dispone ahora de dos parejas para la decisiva liguilla de semifinales, que comenzará el sábado, en Vitoria, con el duelo más fratricida porque enfrenta a los favoritos de salida: Olaizola-Aretxabaleta frente a Irujo y Barriola. Pero seguro que Aspe confiaba en el billete de Titín III y Merino II, que pocas veces han bajado del cuarto puesto en la ronda de clasificación.

En el duelo de Arrigorriaga, los delanteros han salido enrabietados. En Titín III va de suyo. En el caso de Urrutikoetxea cuesta hacerse a la idea. Este prometedor delantero de Asegarce, que conoce cada recoveco del frontón de Arrigorriaga donde ha peloteado hasta aburrirse, no acostumbra a soltar adrenalina. Se lleva la emoción dentro. Por eso, cuando en cuatro ocasiones -la primera de entrada y el resto cuando se jugaba la suerte al fial- ha expresado con rabia su ilusión, el público ha entendido que estaba enchufado, que se lo creía, que iba al cuerpo a cuerpo con el riojano.

La liguilla de semifinales comenzará el 29 de marzo, en Ogueta con Olaizola frente a Irujo

Con Urrutikoetxea animado y Beroiz agradecido por la frescura de haber descansado en los dos partidos anteriores, el partido tenía garantizada la pelea. Los riojanos nunca se entregan y menos cuando se la juegan. De hecho, quizá haya sido la tarde de los zagueros. Algunos de sus pelotazos han podido marcar la suerte del duelo como aquella devolución de Beroiz desde el cuadro diez o los impecables sopapos de Merino II, estiloso y seguro hasta que era inevitable el fallo.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Ha habido calidad suficiente sin errores que devaluaran la nota de nadie. Concernidos por el premio, las dos parejas se han vaciado, controlando la presión más de lo que se les presuponía, empezando por Urrutikoetxea que jugaba en casa. Hasta el punto que cuando los riojanos se han ido 14-10, los locales han temido lo peor. Que se avecinaba la debacle. Un espejismo. Precisamente ahí se ha gestado una tacada de 1-8 para la pareja de Asegarce que se ha llevado por delante las apuestas.

Tras los sucesivos empates a 16 y hasta 18, los gritos de "Mikel", "Mikel" han acabado por convencer a Urrutikoetxea y Beroiz que se han plantado en la puerta del éxito con un 21-18 y el saque en la mano. No lo han aprovechado. Ha sido el momento de mayor debilidad porque temían que la ratonería y experiencia de Titín III junto a la garantía de Merino II les amargara la tarde. Estaba escrito que no habría tanta fatalidad ni crudeza. Emoción, sí, hasta el punto de verse un 22-20 en un marcador abierto durante hora y media, pero no había opción para la voltereta. La cruz fue para La Rioja. Quizá habría que pensar en un gesto reparador para Titín III. Se le debe mucho en la pelota.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_