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Las lonjas de A Coruña y Vigo cierran en apoyo a la flota del cerco

Los armadores urgen a la Xunta a mediar en el reparto de la cuota de caballa

Protesta de los pescadores del cerco en Santiago
Protesta de los pescadores del cerco en SantiagoÓSCAR CORRAL

No habrá hoy ni descarga ni subasta de pescado fresco en A Coruña y Vigo. Las dos principales lonjas gallegas abrirán sus puertas pero carecerán de actividad al acordar sus principales actores —armadores de distintas artes, subastadores, exportadores y comercializadores— parar en solidaridad con la flota del cerco y su movilización contra el reparto de las cuotas de caballa (xarda) y jurel en el caladero nacional Cantábrico Noroeste. Un paro llamativo por inusual que supone un importante respaldo para el grueso del cerco gallego —120 de un total de 153 barcos— en su batalla contra una distribución pactada en Madrid del tope de capturas de la xarda que otorga al País Vasco 6.591 toneladas, el 48,11% del total, y a Galicia, pese a tener el triple de flota, solo el 24,86% (3.406 toneladas).

La mayoría del sector gallego sigue en pie de guerra, aunque acordó variar su estrategia para evitar que se repitan graves disturbios como los del pasado martes ante el Parlamento en Santiago. Su movilización por un cambio de los criterios de reparto de la cuota pactados para todo el caladero del Cantábrico se centrará ahora en “vías pacíficas” y jurídicas, además de intentar sumar apoyos que hagan presión social, indicó Andrés García, presidente de la Asociación del Cerco de Galicia (Acerga). Hoy, coincidiendo con el cierre de las lonjas de A Coruña y Vigo, armadores gallegos acudirán a una manifestación en Oviedo junto a sus colegas de Asturias, también contrarios al reparto de la cuota. Y otra representación llevará sus reivindicaciones hasta el Congreso de los Diputados.

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Pero el tiempo apremia para una pesquería que el Ministerio de Agricultura quiere abrir la próxima semana. Y no hay avance alguno, a 48 horas del plazo dado para que cada barco comunique si quiere gestionar su cupo individualmente o con su provincia, en conseguir un acuerdo a nivel autonómico para el reparto de las 3.406 toneladas que le tocan al cerco gallego. Son 1.400 más que las previstas inicialmente y el doble de lo que pudo pescar en 2013, gracias al acuerdo de última hora entre la Unión Europea, Noruega e Islas Feroe. Una “noticia excelente no, extraordinaria”, se congratuló la conselleira do Mar, Rosa Quintana.

Pero sin un acuerdo a nivel autonómico para su reparto por barco en función del número de tripulantes, no del histórico de descargas, rebaten los armadores gallegos, ese fuerte incremento para todas las flotas y artes del caladero del Cantábrico hace “aún más discriminatoria” la distribución del cupo porque “engorda a los que ya son gordos”. “O pactamos y toca a 1.000 kilos por tripulante, o unos tendrán mucho y otros nada”, advierte García. De acuerdo con los criterios pactados en Madrid, a la flota de A Coruña le corresponderán 2.070 toneladas, a la de Pontevedra, 1.037, y a la de Lugo, 499.

El problema más urgente ahora para el cerco gallego es su división. Una treintena de barcos, los más grandes y a los que les toca más cuota, se han mantenido hasta ahora al margen de la movilización de la mayoría de su sector y aspiran a gestionar individualmente su cupo. Y ayer no llegó la esperada llamada de Quintana convocando a todo el cerco a negociar un acuerdo antes de la apertura, la próxima semana, de la pesquería. García, siguiendo el mandato de la asamblea, la víspera por la noche, de 120 armadores, comunicó a la conselleira, a la que habían dado plantón el miércoles, que ahora tiene toda “la voluntad y disposición a acatar” este año los criterios de reparto pactados en Madrid “si hay un acuerdo a nivel gallego de todo el sector”. Quintana, para los armadores, “debe ponerse al frente, defender su flota, y lograr un consenso y su unión”.

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“La mano sigue tendida para el diálogo”, reiteraron ayer tanto el presidente de la Xunta, que dijo “entender los problemas” de esta flota, como la conselleira. “Pero solo es cuestión de que se pongan de acuerdo entre ellos”, advirtió Quintana, es el sector el que “debe decidir”. Intentará mediar para un consenso, prometió. Sin embargo, alertó de que los armadores tampoco pueden pretender, como pide la mayoría, unos criterios de reparto para la xarda y otros distintos para el jurel. De aplicarse los que reivindica la mayoría del cerco en la pesca de esta última especie, cuya cuota fue sensiblemente reducida para este año, “Galicia perdería más de 2.000 kilos”. El acuerdo parece cada vez más difícil.

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