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Mas desoye a Rajoy y reitera que la consulta se hará según las leyes catalanas

El presidente catalán asegura que se está "perdiendo una oportuniadad de oro" para negociar

Àngels Piñol
Mas, en el Pati dels Tarongers de la Generalitat.
Mas, en el Pati dels Tarongers de la Generalitat.ALBERTO ESTÉVEZ (EFE)

El Gobierno central ha lanzado este fin de semana un doble mensaje para intentar convencer a Artur Mas de que deponga su plan soberanista. Primero, fijó su posición enviando un escrito al Congreso arguyendo que la consulta es inconstitucional y luego Mariano Rajoy instó al presidente catalán a abandonar su hoja de ruta y dejar de “ir contra el mundo”. El toque de atención por partida doble no causó, sin embargo, el menor efecto en Mas, que ayer reiteró su decisión irrevocable de llamar a los catalanes a las urnas para decidir su futuro, aunque sea con la legislación emanada del Parlamento catalán.

“Yo la consulta la convocaré”, aseveró, sin el menor titubeo, tras inaugurar una feria de flores en Vilassar de Mar. El nuevo portazo de Rajoy no ha sorprendido en absoluto al Gobierno catalán, que no aguarda ya el menor gesto de La Moncloa. En ese sentido, Mas reprendió a Rajoy por estar perdiendo una nueva “ocasión de oro” para negociar y recordó que ya truncó el diálogo cuando recurrió el Estatuto ante el Tribunal Constitucional o cuando dio un sonoro portazo al pacto fiscal. “Nosotros no estamos luchando contra el mundo”, se defendió, “luchamos contra el Estado español y no tendríamos que hacerlo si respetara nuestra aspiración de autogobierno, nuestra cultura y nuestra historia. No nos queda más remedio”.

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En su alegato, Mas se amparó en que su intención era consensuar con el Estado las bases de la consulta. De hecho, la proposición de ley que el Parlamento catalán aprobó en enero —en la que pedía la delegación de competencias para organizar la votación— recogía la voluntad de pactar los términos de la misma con el Estado. Tras dar por agotada la vía, Mas subrayó uno de sus principales argumentos: que la mayoría de la sociedad catalana quiere votar y que acordó con cuatro fuerzas políticas —CiU, Esquerra, Iniciativa y la CUP— la fecha y las preguntas del referéndum. “Si no se puede hacer con las leyes españolas, habrá otra manera de tener leyes catalanas propias”, advirtió. “Quizá no podremos hacer un referéndum como tipología legal, pero sí una consulta que también sea legal y que nos permitirá conocer la opinión de la gente”.

Pere Navarro, primer secretario del PSC, descolgado ya abiertamente del derecho a decidir, culpó a Mas de la actual fragmentación política en Cataluña y apeló a los dos Ejecutivos a hacer todo lo que esté a su alcance para llegar a un acuerdo. “La solución no es alimentar la confrontación”, reflexionó. Sin embargo, en las últimas semanas han aflorado plataformas pidiendo a Mas que no ceda ni un milímetro y convoque el referéndum aunque sea de forma unilateral al temer que este sea suplantado por unas elecciones plebiscitarias que, a su juicio, supondrían un fraude democrático.

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