La Agencia Tributaria halló cuatro lingotes de oro en casa de Conde Roa

Agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera se encontraron el 14 de febrero de 2013 durante el registro del domicilio del exalcade de Santiago Gerardo Conde Roa, del PP, cuatro lingotes de oro de diferentes pesos: había piezas de un kilogramos, de 250 gramos, de 100 y de 50. En total 1,4 kilogramos, con un valor estimado de 50.000 euros. En el sumario del caso Pokémon consta una carta manuscrita en alemán supuestamente remitida desde Heyda (Alemania) en febrero de 2008 por los suegros del exalcalde de Santiago en la que aseguraban que era un regalo por el nacimiento de la nueva hija. En esa misiva, los abuelos hacen depositarios del oro a Conde Roa y a su esposa mientras los nietos no lleguen a la mayoría de edad y les autorizan a invertirlo para rentabilizar los intereses.

Pese a ello, los investigadores de la Agencia Tributaria se incautaron de las piezas de oro y las depositaron en la caja fuerte del despacho del Delegado Especial de Hacienda de Galicia. En el registro del domicilio de Conde Roa, Aduanas también halló 4.900 euros en metálico, de los que 4.000 estaban repartidos en ocho billetes de 500. Además, los agentes se incautaron de 90 monedas de varias divisas extranjeras, algunas de ellas también de oro. Conde Roa dimitió como alcalde de Santiago en abril de 2012 tras presentar el fiscal una querella contra él por defraudar 291.000 euros a Hacienda.

El exregidor ha emitido este lunes un comunicado, después de que los medios informasen del inventario de material incautado en su domicilio que figura en el sumario, en el que insiste que los lingotes no le pertenecen a él ni a su mujer sino a una de sus hijas, a quien se los dejaron sus abuelos maternos. “Nosotros solamente hemos de cuidar de los mismos hasta su mayoría de edad, momento en que serán suyos”, afirma. Conde Roa pide a los medios de comunicación “un mínimo de respeto a la intimidad” y que traten estas informaciones con “un poco más de sensibilidad, a pesar de que formen parte de un sumario judicial”. “Sobre todo”, concluye, “teniendo en cuenta que estamos ante actos personalísimos como son las disposiciones testamentarias que unos abuelos tienen para con sus nietos”.