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La policía nunca vio a Blasco con Tauroni

El juicio por el fraude en las ayudas a la cooperación entra en la recta final

La policía no vio, durante los meses que hizo seguimientos a los miembros de la trama de cooperación, al cabecilla de la rama civil, el empresario encarcelado Augusto César Tauroni, en compañía del exconsejero Rafael Blasco, que aún es diputado autonómico.

Los agentes de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal que declararon este jueves en el juicio del caso Cooperación constataron algo que se sabía desde hace tres años. Declararon a petición de las defensas de Blasco y de Tauroni, que han procurado subrayar ese hecho durante todo el juicio. Una línea de defensa que parece débil frente a la acumulación de indicios de la estrecha y extraña relación entre quien concedía subvenciones y quien las recibía, confirmada a través de la intervención de llamadas telefónicas y de sobres que intercambiaban.

El juicio que se celebra en el Tribunal Superior de Justicia valenciano y que se encuentra en la recta final corresponde a la primera pieza separada del caso Cooperación. En ella se investiga el desvío de 1,6 millones de euros que debían ir a proyectos agrícolas en Nicaragua y que se emplearon en comprar pisos en Valencia.

Objeto de las pesquisas

Los policías declararon que sí observaron una comida entre Tauroni, que lleva en prisión provisional desde que hace dos años se desencadenó la operación judicial, y el ex director general de Cooperación y también acusado en el juicio Josep Maria Felip.

El abogado de Blasco volvió a apuntar a que el exconsejero fue objetivo principal de la investigación desde el inicio, y que esto no fue reconocido por la policía, la fiscalía y el juez para evitar tener que plantearse la remisión de las pesquisas al Tribunal Superior de Justicia valenciano, dada la condición de aforado de Blasco.

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En esa línea el letrado Javier Boix incidió en qué hubieran hecho los agentes si hubiesen detectado indicios de delito en las conversaciones intervenidas. El policía respondió que lo hubiera recogido en su informe. Pero que la finalidad de las actuaciones en aquel momento de la operación “no era investigar si una persona era aforada o no, si no contrastar datos denunciados”.

Los hechos fueron denunciados en noviembre de 2010. La ola de detenciones se produjo a principios de 2012 y la imputación de Blasco, en verano de ese año.

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