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Condenado a 14 años por violar a una joven a la que había contratado

El tribunal considera probado que actuó "con el fin de satisfacer sus instintos sexuales"

La Audiencia Provincial de Pontevedra ha dictado sentencia en la que condena al joven vigués Bruno M.P. a 14 años de prisión por haber retenido, atado, amordazado y violado a una chica a la que había contratado para que, supuestamente, hiciera labores domésticas en su domicilio.

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Los hechos se remontan a diciembre de 2012, cuando esta chica se encontraba en la casa del acusado, acabando de hacer tareas domésticas, para lo que había sido contratada dos días antes. Cuando la chica se disponía a marcharse, Bruno M.P., se abalanzó por detrás y la golpeó y amenazó, al tiempo que le decía que estaba "encerrada". El tribunal considera probado que el acusado actuó "con el fin de satisfacer sus instintos sexuales, y actuando en todo momento contra la voluntad y contra la oposición física y verbal de la chica". Así, además de golpearla y amenazarla, la ató de pies y manos con cinta aislante, le sacó el teléfono móvil y le metió un calcetín en la boca. Tras llevársela a su habitación, la agredió sexualmente y la dejó atada en la cama, mientras iba a prepararse algo de cenar. Poco después, el novio de la joven, extrañado por no tener noticias suyas, se presentó en el piso y, pese a la oposición inicial de Bruno, logró entrar en la vivienda y rescatar a su novia.

En la sentencia, se apunta que, no solo el acusado reconoció los hechos en el acto de juicio, sino que existen pruebas manifiestas de que cometió los delitos de los que se le acusó (agresión sexual, detención ilegal y una falta de hurto). Entre esas pruebas, están los restos biológicos hallados en el cuerpo de la chica, así como en su ropa o en el escenario de los hechos. El tribunal ha condenado a Bruno M.P. a una pena de 10 años de cárcel por el delito de agresión sexual, y otros cuatro años por el de detención ilegal. También le impone una multa de 240 euros, así como la obligación de indemnizar a la chica (que ha tenido secuelas físicas y padece un trastorno de estrés postraumático en grado grave) con 100.000 euros.

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