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El fiscal pide para el exalcalde de Elche tres años y dos meses por maltrato

Alejandro Soler niega en el juicio que haya empujado o golpeado a su exesposa

Alejandro Solera la salida de los juzgados de Elche
Alejandro Solera la salida de los juzgados de Elche Joaquín de Haro

Alejandro Soler, exalcalde socialista de Elche, se enfrenta a una petición de tres años y dos meses de cárcel por dos presuntos delitos de agresiones y otros tantos de amenazas. El fiscal y la acusación particular coincidieron este martes en la petición de condena durante el juicio que se celebró ayer en Elche. La defensa del exalcalde pidió su absolución por entender que la denuncia presentada por Manuela Gonzálvez, exmujer de Soler, era falsa y carecía de verosimilitud. El abogado defensor subrayó la ambigüedad de las declaraciones de Gonzálvez.

Soler, que tras ser suspendido de militancia, ha tenido que abandonar sus cargos como portavoz socialista en la Diputación de Alicante y miembro de la Ejecutiva Federal del PSOE, manifestó que “jamás” había empujado o agredido a su exmujer y no reconoció ninguno de los delitos que se le imputan.

Manuela Gonzálvez denunció a Soler por una agresión supuestamente ocurrida en torno a las 20 horas del pasado 9 de febrero en el zaguán de su vivienda. Los hechos, según la acusación, ocurrieron cuando el exalcalde acudió a recoger al hijo de ambos, de 10 años, cuya custodia comparten.

En su relato, la mujer dijo que recibió un empujón que la derribó e hizo que se golpeara contra una jardinera de mármol cuando pretendía subir de nuevo a su casa para cambiarle los zapatos al niño. Soler reconoció haber discutido por la ropa del hijo de ambos y que se produjo “un leve roce”; pero negó que se hubiera producido forcejeo, golpe o caída alguna. “No se dio contra nada”, dijo. El exalcalde afirmó que, en todo momento, mantuvo al niño cogido con la mano izquierda mientras que con la derecha sostenía una maleta de mano.

Amparo Quirant, una vecina del barrio que contempló la escena, confirmó en buena parte la versión de Soler, aunque admitió que durante unos segundos perdió de vista lo que ocurría en el zaguán. Durante ese periodo de tiempo no escuchó gritos ni ruido alguno.

La segunda denuncia por agresión se remonta a hace tres años, con el matrimonio todavía unido. Supuestamente, Soler empujó a su exmujer contra el marco resultando lesionada del hombro, aunque no aportó parte médico que lo confirmara. De aquella época, el exalcalde ilicitano solo dijo que “hubo muchas discusiones”, pero “nunca” se llegó a lo físico.

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Manuela Gonzálvez contó que había recibido dos amenazas. La primera se produjo durante la Nochevieja de 2012 en un local público de Elche. La testigo de la denunciante no pudo concretar en qué consistió esa amenaza. La segunda ocurrió en casa del acusado, sin testigos y sin fecha confirmada —“marzo o abril de 2013”—. Soler habría venido a decir “voy a usar todas las armas posibles [en tu contra], tenía que haber mandado a dos rusos y acabar con esto”. “Menudos rusos debió mandarle”, dijo el letrado de la defensa cuando la mujer confirmó que el 13 de mayo se firmó un acuerdo de divorcio en el que Soler se quedó con todas las deudas del matrimonio y un vehículo de todas las pertenencias de la pareja.

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