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El plan de Trias para salvar los comercios emblemáticos decepciona a los afectados

Todos los partidos, menos ERC, afirman que el proyecto “llega tarde y es insuficiente” y reclaman medidas más valientes

La pastelería La Colmena, uno de los negocios afectados.
La pastelería La Colmena, uno de los negocios afectados.Consuelo Bautista

“No tiene sustancia”. Este fue el resumen del secretario de la Asociación de Establecimientos Emblemáticos, Josep Maria Roig, después de estudiar detalladamente el plan que ayer presentó el Gobierno de Barcelona para salvar a los negocios históricos de la ciudad. “Es agua de borrajas”, continuó y aseguró que la única opción que puede evitar el cierre es que se les catalogue patrimonio de la ciudad.

El Plan Específico de Protección y Apoyo a los Establecimientos Emblemáticos que presentó ayer el Ayuntamiento tampoco gustó a PSC, PP e ICV, que criticaron un plan que “llega tarde y es insuficiente”.

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Muchos comercios emblemáticos ya han ido cerrando y muchos otros están amenazados, porque la moratoria de la Ley de Arrendamientos Urbanos, que eliminará las rentas antiguas, termina en 2015 y sus alquileres se dispararán. Algunos propietarios confían en pedir hasta 21.000 euros al mes por el nuevo alquiler de sus locales. Los establecimientos emblemáticos, que desde hace décadas forman parte de la identidad de la ciudad, no pueden afrontar estos costes, de manera que —si no se evita— se convertirán en franquicias de multinacionales. Las voces para que estos comercios sean protegidos han crecido, pero los intereses de sus dueños están en juego.

El esperado plan del Gobierno municipal empezará a aplicarse en marzo con la suspensión de los permisos de obras y de la tramitación de nuevas licencias durante un año a los comercios considerados emblemáticos.

 El objetivo de la suspensión, que afecta a 454 negocios, es frenar la presión del mercado y poder buscar una solución con más tranquilidad. Pero ni tan siquiera este punto ha satisfecho al resto de formaciones políticas. “La suspensión de licencias de no se anuncia, se aplica, porque en cuatro semanas pueden pasar muchas cosas”, advirtió la socialista Sara Jaurrieta durante la comisión de Economía. ICV-EUiA también lamentó que se haya hecho pública una medida que tiene mucho más efecto efecto cuando se aplica sin avisar. Pero la gran desilusión del resto de formaciones políticas y de la asociación llegó con las medidas que se quieren aplicar durante este año de suspensión, que será clave.

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Lejos de proponer cambios de ley o catalogar a los comercios emblemáticos como patrimonio de la ciudad (lo que conllevaría una protección automática), el plan que ayer presentó el concejal de comercio, Raimond Blasi, ofrece “asesoramiento empresarial” para ayudar a mejorar la productividad del negocio; prevé cursos de formación de tres horas y la “limpieza y mantenimiento de las placas ya colocadas” en las aceras de estos establecimientos, entre otros puntos. En los casos donde la rentabilidad del negocio “no sea viable”, el plan prevé ayudar al comerciante a buscar un nuevo local a partir de un programa llamado Ubica't. Pero a pesar de todas estas medidas, el concejal reconoció: “No podremos evitar que algunos cierren, ya que no podremos evitar que los propietarios actualicen el precio de sus alquileres”.

“La medida del Gobierno no puede ser un parche, tiene que ser más ambiciosa”, dijo Javier Mulleras, concejal del PP. Jaurrieta (PSC) y Isabel Ribas (ICV-EUiA) también consideraron que el plan se quedaba corto y reclamaron la importancia de protejer “la actividad” del comercio y no solo los bienes materiales. Jordi Portabella, de ERC, fue el único que tuvo buenas palabras sobre el plan: “Es un buen informe, ahora espavilen”, le espetó a Blasi.

La voluntad de los comerciantes es que el Ayuntamiento siga el ejemplo de París o Roma, donde los comercios emblemáticos y sus actividades se protegen y no pueden desaparecer. En estos casos, los comerciantes y el patrimonio de la ciudad salen ganando, pero los propietarios de los locales dejan de ingresar los alquileres que tenían previstos.

A petición de Jaurrieta, la comisión aprobó suspender las licencias de obras que ya se habían concedido en el último pleno, con los votos de CiU y el PP, y que podrían afectar a dos comercios emblemáticos.

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