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Artemis Ensemble exhibe en A Coruña su versatilidad estilística

Obras de Beethoven, Kodály y Mozart en un nuevo concierto solidario

 El ciclo de conciertos solidarios organizados por Artemis Ensemble y la Real Academia Galega de Belas Artes, se prolongó este viernes, a beneficio de la Cocina Económica de A Coruña, con los propios músicos de Artemis, que interpretaron el Trío para violín, viola y chelo, op. 9 nº 3 de Beethoven, el Dúo para violín y chelo, op. 7 de Zoltán Kodály, y el Trío para clarinete viola y piano, K 498, de Mozart. Tres obras de autores en torno a los 30 años -con el nexo de la preocupación por la textura instrumental pero de muy diversa inspiración-, que impulsaron a los intérpretes a mostrar su gran calidad técnica y su versatilidad estilística. En el trío de Beethoven, Ludwig Dürichen, violín; Gabriel Bussi, viola, y Berthold Hamburger, chelo, hicieron una interpretación impecable, destacando toda la fuerza dramática que surge, esporádica pero incontenible, del clasicismo presente en toda la obra.

El Dúo op.7 de Kodály -escrito en 1914, en pleno arranque del Proyecto para una nueva colección universal de canciones populares de Kodály y Béla Bartók-  es fiel a sus raíces folclóricas. De ellas nace esta partitura llena de una fuerza telúrica y una verdad que impregnaron en todo momento la soberbia versión que hicieron Dürichen y Hamburger, que resultó así el plato fuerte del rico y variado menú que constituía este programa. Su lectura de la obra mostró todo su poderío rítmico –que hizo moverse más de un pie y una cabeza-, la noble belleza del Adagio central y el intenso dramatismo melódico y armónico del Presto final.

La música del trío de Mozart es fruto del amable ambiente doméstico en que la compuso y de los músicos que la estenaron. Ayako Zemba al piano y Pere Anguera al clarinete se unieron a la viola de Bussi para una idónea interpretación que, siguiendo el símil anterior, sería ese postre refinado para el que siempre se debe guardar sitio. La previsibilidad no exenta de agradables sorpresas del Andante fue el plato apenas elaborado con frutas maduras; la infusión que todo lo acomoda estuvo en el suave transcurrir del Minueto.Y el Allegretto final fue como ese sorbete de limón y cava que crea la más agradable y ligera sensación de bienestar tras tan apetitoso banquete.

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