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Las lluvias torrenciales agravan las cuitas de la agricultura

Las inundaciones castigan a miles de hectáreas de tierras de cultivo

Tierras inundadas junto a una granja, esta semana en A Limia (Ourense
Tierras inundadas junto a una granja, esta semana en A Limia (Ourensenacho gómez

Los anegamientos de tierras de cultivo en zonas como A Limia, en Ourense, donde las lluvias han encharcado por completo unas 3.000 hectáreas de producción de cereal de invierno; y el destrozo en invernaderos, galpones y otras infraestructuras en comarcas como A Mariña de Lugo, Bergantiños, Terra de Soneira, Costa da Morte (A Coruña) y O Rosal (Pontevedra) suponen pérdidas para el sector agricultor y hortícola por valor de más de 1,5 millones de euros. Esta es el cálculo que, a la baja, realiza el sindicato Unións Agrarias (UU.AA.), cuyo secretario general, Roberto García, advierte también, en declaraciones a Europa Press, de que la inhabilitación de más de un 30% de las 70.000 hectáreas de pradera que cada año renuevan las granjas para generar forraje supondrá un aumento de los costes de la producción láctea y cárnica cifrado en torno a los 4,5 millones de euros.

Desde Xóvenes Agricultores (XX.AA.), su responsable, Francisco Bello, trata de quitar hierro a la situación pues, asegura, su organización no es partidaria de "alarmar" ni de "andar llorando cada vez que llueve" o los profesionales del agro deben hacer frente a condiciones meteorológicas adversas. "La realidad es que es un invierno duro, quizá algo más fuerte de lo normal en cuanto a precipitaciones. Pero en el campo gallego sabemos lo que hay", destaca. Con todo, Bello reconoce que si las precipitaciones persisten al menos otras dos semanas la primera corta se retrasará y "quizá suba un céntimo más o menos" el coste de fabricar un litro de leche, cuyo precio de venta en origen en Galicia alcanza máximos en los últimos meses, equiparado a la media estatal, en unos 0,39 céntimos por litro.

El miembro de la ejecutiva del Sindicato Labrego Galego (SLG) Xosé Ramón Cendán coincide en que "puede haber problema de forrajes", lo que implicaría la necesidad de importar más piensos y concentrados para alimentar al ganado, pero entiende que todavía es pronto y que donde ahora se concentra el daño real y "cuantioso" es en la huerta. El encargado de las áreas de huerta y flor de esta central, Miguel Méndez, da fe de ello.

Méndez tiene sendas explotaciones de 500 metros cuadrados en Vedra, en las inmediaciones de Santiago de Compostela. Una de las últimas ciclogénesis le rompió por completo uno de los dos invernaderos, "toda la instalación", por lo que estima un perjuicio de unos 10.000 euros. A eso le suma otros 2.000 euros correspondientes a los cultivos que el mal tiempo le impide plantar, como los pimientos de padrón de interior --que, al ser los primeros de la temporada tendrían un mayor precio en el mercado-- y otros de exterior como las patatas tempranas y los repollos. "No se puede entrar en las tierras", lamenta.

"Estamos sin liquidez alguna", se queja este vedrés, que explica que 2013 "ya fue un año complicado". En estas circunstancias, el responsable de huerta y flor del SLG, como el número uno de Unións Agrarias, demanda "una partida presupuestaria urgente, para salir del apuro". "Es preciso un plan especial de ayuda. Hay muchos jóvenes y mujeres que tuvieron que volver al campo en este contexto de crisis; pusieron una explotación de huerta, que requiere menos extensión, y si no les echamos una mano ahora que el tiempo les llevó todo por delante el perjuicio económico para la sociedad, por la destrucción de empleo en el rural, será mucho mayor", expone Roberto García.

Es en este punto en el que existe consenso a la hora de analizar los efectos de los temporales que azotan a la comunidad prácticamente sin tregua desde diciembre. Así, Francisco Bello, de Xóvenes, constata que el deterioro en la huerta "es más fácil de cuantificar", puesto que "pierdes las 15.000 lechugas que tienes en un invernadero" y el dato es indiscutible.

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¿Qué hacer entonces? Los números relativos a los años 2012 y 2013 de Agroseguro, agrupación española de entidades aseguradoras de los seguros agrarios combinados, reflejan que "no hay muchas pólizas contratadas", según certifica el secretario de servicios e infraestructuras de UU.AA., Óscar Pose.De hecho, con cifras a 22 de enero de 2014, tan solo 16 personas en toda Galicia tienen contratados seguros para hortalizas bajo cubierta, un 6,7% más que un año atrás, es decir, uno más. En el caso de planta viva, flor cortada y viveros, la cantidad bajó en 12 meses un 12,5%, hasta 28.

En herbáceos extensivos, la reducción fue del 85,7%, con únicamente ocho; mientras retrocedieron un 75% los de sequía en pastos, nueve. En frutales y caqui y otros frutales la cantidad es todavía más anecdótica, con dos y tres pólizas contratadas, respectivamente, mientras que nadie está asegurado en el ámbito de la horticultura al aire libre para la temporada de primavera-verano.

Al respecto de este bajo grado de cobertura, Pose expone su tesis: en primer lugar, el sector hortícola no es mayoritario en el territorio gallego, sino que quien tiene un invernadero suele gestionarlo de manera complementaria a otro tipo de actividades; y, en segundo término, el margen de beneficios en este terreno es reducido, lo que complica asumir el gasto de asegurarse. Es de suponer que tras un periodo adverso como el vivido se experimente "un pico" en la contratación, apunta.

Miguel Méndez aporta un tercer elemento como justificante del hecho de que las huertas estén poco aseguradas en la Comunidad Autónoma: "producimos diversidad y, al haber diversificación, no encajamos bien en las pólizas". Cultivos como los anegados en la zona de Xinzo, sobre todo de trigo pero también de cebada, "no tienen seguro porque las pólizas no tienen previsto cubrir el sembrado". "Y ese cereal sufrió tanto que va a tener problemas de enfermedades radiculares", advierte.

También las plantaciones de grelos, cuya demanda aumenta en la época de Entroido, se han visto "muy afectadas". "Pedimos una condonación de la Seguridad Social unos meses y, a medio y largo plazo, trabajar en una línea de seguros", resalta este portavoz, de la misma manera que Óscar Pose incide en la "reivindicación histórica" para que se establezca un "seguro de rentas", que, pese a que no sea muy elevado, evite a los profesionales del agro tener que suscribir "muchos seguros", que, "al final, no están adaptados a la realidad de Galicia". "Su implantación la debe liderar la Administración, pero en esta dirección no observamos muchos pasos", censura.

Por su parte, García carga contra el "desmantelamiento" del presupuesto público para fomentar la contratación de seguro agrario, que "siempre fue modélico pero más pensado para hortalizas, frutas y cereales que para ganadería. Critica, asimismo, que el único de ganadería que tiene un alcance elevado es el de retirada de cadáveres (55.280 pólizas contratadas en la Comunidad gallega a 22 de enero de este año), "que se privatizó".

En el caso de ganado, son 4.620 los profesionales asegurados, seguidos de los de uva de vino (607), forrajeros para protegerse de los ataques de fauna salvaje (421) e incendios forestales (83). "No existe ninguna línea para cubrirse de la destrucción del forraje por lluvia", señala Óscar Pose.Otro factor que entra en juego al estudiar las posibles consecuencias de esta sucesión de borrascas es la aparición de plagas "más virulentas", según alerta el secretario general de XX.AA., que ve "más rara quizá" que el agua caída la circunstancia de que "no esté helando", por lo que se refiere a gusanos, mosquitos y otras especies potenciales enemigas de los cultivos de huerta.

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