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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Sueño envenenado

"La Bella durmiente" de Maillot no tiene nada que ver con el clásico

La expectación que había despertado la presentación en Barcelona de La Belle de Jean-Christophe Maillot por Los Ballets de Montecarlo hizo que el Gran Teatro de Liceo registrare un lleno la noche del estreno, sin embargo el espectáculo no terminó de convencer al público. Para unos, La Belle es un trabajo original y transgresor del coreógrafo francés; para otros, resulta coreográficamente aburrida y demasiado colorista. Lo cierto es que el vocabulario coreográfico de Maillot carece de la intensidad y emoción para atrapar al espectador. De las versiones que ha realizado el corógrafo francés de los grandes ballets clásicos, la mejor hasta la actualidad es la que concibió en 1998 para Romeo y Julieta y que aplaudimos a rabiar en 2002 en el Teatre Nacional de Catalunya.

La Belle

Los Ballets de Montecarlo.

Coreografía, Jean-Chistophe Maillot. Música de Chaikovski. Escenografía, Ernest Pignon-Ernest. Vestuario, Philippe Guillotel. Iluminación, Dominique Drillot.

Gran Teatro del Liceo. Barcelona, 13 de febrero.

En la versión de La Bella durmiente de Maillot, en cartel en el Liceo hasta hoy, nada tiene que ver con el clásico de Petipa, e incluso mezcla en la partitura otras músicas de Tchaikovski a la original compuesta para el ballet. Maillot llena de sensualidad la historia y dota de profundidad psicológica a los personajes como Carabosse (la hada mala del cuento) magistralmente interpretada por Stephan Bourgond, es aquí, manipuladora y egoísta. Ella enlaza los dos mundos, el del príncipe, que vive la realidad, y el de la princesa Aurora, inmersa en un mundo de fantasía que la protege de esa realidad; protección que Maillot traduce encerrando a la protagonista en una burbuja.

Uno de los mejores momentos es al principio del segundo acto, interpretado por el elenco masculino, en el que se ve a un grupo de hombres, vestidos de forma contemporánea, bailando con gesto duro y provocador acosando a Aurora. Al final se precipitaran sobre la burbuja que protege a la princesa rompiéndola. A partir de este momento todo cambia. Nuestra heroína es abocada de forma abrupta al mundo real. Sentirá miedo.

La pareja protagonista, interpretada en la noche de estreno por Noelani Pantastico y Lucien Postlewaite, bailan un largo paso a dos que no logra emocionar pese a la belleza de la música y la escenografía. Se echa en falta la personalidad escénica y el virtuosismo técnico que necesita este fragmento.

Pese a ser una versión visualmente atractiva, La Belle no llega a hipnotizar. El error de Maillot es querer crear un drama contemporáneo conservando la estética del cuento infantil. Resulta chocante el colorista vestuario del primer acto, obra de Philippe Guillotel, con la carga psicológica y planteamiento moderno de la obra. Un aspecto que también afecta el vocabulario coreográfico del trabajo coral. Los bailarines viven situaciones tensas de gran concentración que se rompen en segundos convirtiéndoles en alocados niños. La intensidad del baile se diluye perdido en la impactante escenografía de Ernest Pignon-Ernest.

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