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El grupo Mondragón rechaza el plan para salvar Edesa por “inviable”

La corporación asegura que la rentabilidad del negocio es “dudosa”

Mikel Ormazabal
Concentración de trabajadores por cuenta ajena de Fagor, Edesa y Grumal en Vitoria.
Concentración de trabajadores por cuenta ajena de Fagor, Edesa y Grumal en Vitoria.L. rico

La Corporación Mondragón considera que el plan de viabilidad de Edesa y Geyser (Fagor) no tendría futuro. Por eso, tras un “estrecho” análisis, decidió ayer rechazar la propuesta que elaboraron los trabajadores para rescatar estos dos negocios de la línea confort. Se van definitivamente al traste las esperanzas que habían depositado los empleados de reabrir la actividad y volver al trabajo en las fábricas de Basauri y Bergara, ambas sin actividad desde que Fagor Electrodomésticos se declaró en concurso de acreedores en noviembre pasado.

El consejo general del grupo cooperativo, su máximo órgano de gobierno, comunicó que “desestima” participar en el plan de salvación de Edesa y Geyser porque la rentabilidad de estos negocios “es difícilmente sostenible en el tiempo”. El no de Mondragón supone un jarro de agua fría para los trabajadores de estas dos factorías, que ahora se verán obligados a enterrar un plan de viabilidad que las diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa estaban dispuestas a apoyar económicamente.

El Gobierno vasco, por su parte, ha evitado comprometerse hasta conocer la decisión de la corporación. MCC —dirigida por una comisión gestora formada por Txomin García, Agustín Markaide, Xabier Mutuberria y Javier Sotil tras la dimisión de Txema Gisasola— anunció en un comunicado que rechaza participar en el proyecto presentado por los empleados de Edesa porque presenta “dudas sobre la viabilidad sostenida en el tiempo a medio y largo plazo”.

Llega a esta conclusión tras encargar un “estudio independiente de negocio (IBR en sus siglas en inglés), elaborado por un agente externo. El informe concluye que la rentabilidad del negocio no sería sostenible “en un entorno sectorial tan competitivo y no es abordable del modo planteado” por sus impulsores. Lo desdeña por “la dificultad de garantizar la fortaleza competitiva necesaria por la inseguridad de cumplir los objetivos de nivel de ventas, precios y reducción de costes”.

Pasa sacar adelante Edesa y Geyser, según la corporación, “es necesario contar con el apoyo de un grupo empresarial del sector que garantice un nivel determinado de demanda y actividad”. El plan de los empleados requería una inyección de 20 millones de las instituciones, MCC y los bancos para continuar con el negocio, centrado en la fabricación de calentadores en la planta de Bergara y de termos y acumuladores en la de Basauri. Con esta solución se podrían mantener 260 empleos directos y otros 85 indirectos.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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