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Un ‘cluedo’ para la arqueología

Barcelona estrena sede y web para sus excavaciones y localizar piezas perdidas

José Ángel Montañés
Trabajos de excavación en la villa romana del Pont del Treball (Barcelona).
Trabajos de excavación en la villa romana del Pont del Treball (Barcelona). aniel Alcubierre (CODEX / Servei d’Arqueologia)

En los trabajos de derribo de un edificio de la calle de Arc de Sant Ramon del Call de Barcelona apareció en 1858 una pieza inesperada: una estela ibérica excepcional con tres líneas de texto y símbolos que parecen un sol y una luna. La pieza fue dibujada y publicada por una autoridad en la materia como Carreras Candi en su monumental Ciutat de Barcelona. Pero ese mismo año desapareció y no se ha vuelto a saber nada más y se cree que acabó reutilizada en la construcción del nuevo edificio. Ahora, es la protagonista de la sección Piezas desaparecidas de la nueva web del Servicio de Arqueología de Barcelona, en la que se pide colaboración a los ciudadanos para localizarla o algún dato que aclare qué pasó con ella.

Será una de las secciones más potentes de la nueva web (www.bcn.cat/arqueologiabarcelona) que empezó a funcionar ayer, y que por los contenidos que se han vertido ya, acabará siendo una herramienta de primer orden para conocer el pasado de la ciudad. El compromiso de sus responsables es que se actualizará a medida que se realicen los trabajos arqueológicos y se vayan conociendo resultados.

Dibujo de la estela desaparecida.
Dibujo de la estela desaparecida.

La apuesta de la nueva etapa y modernización del Servicio —con 50 años de historia— es empeño del concejal de Cultura municipal, Jaume Ciurana con ganas de dar visibilidad a los restos del pasado y que los ciudadanos vean la arqueología “como una ventaja y no como un impedimento”. Tras volcar en la web la carta arqueológica de la ciudad, con todas y cada una de las excavaciones que se han realizado, se inaugura una nueva sede, en la calle Rull número 4 y se abre al público su centro de documentación.

Ciurana y los miembros de su equipo presentaron las actuaciones más inmediatas en el campo de la arqueología para este 2014. Entre ellas: Continuar con el Plan Barcino puesto en marcha el año pasado para recuperar y dinamizar los restos de la colonia fundada por Augusto alrededor del año 10 antes de Cristo. Aparte de visualizar cada vez más la muralla romana, el monumento más grande de la ciudad, y conocer su cartografía, cronología y técnica constructiva (ahora mismo se trabaja en la plaza del Traginers y en la calle Sotstinent Navarro); se abrirá al público en 2015 la domus de la calle Avinyó 15, en la que se podrá ver un importante conjunto de mosaicos y pintura mural; se sigue estudiando el trazado del acueducto romano que traía el agua a la ciudad y este mismo año se abrirá el conjunto episcopal que se encuentra bajo la Plaza del Rei, que contiene el aula de recepción del obispo y el baptisterio visigodo (curiosamente está debajo de la actual catedral) donde se bautizaban a los primeros cristianos de la ciudad. También se seguirá excavando en el interior de la basílica dels Sants Màrtirs Just i Pastor, que tantas noticias ha proporcionado y se trabajará, al menos hasta mayo, en la villa romana del puente del Treball Digne de la Sagrera. Según Carme Miró, responsable del Plan Barcino: “la villa ha tenido suerte, porque al poder excavarla hemos documentado un centro vitivinícola de primer orden desde época augustea”. Se refiere a que los trabajos del AVE que obligan a arrasar los restos tras excavarlos y estudiarlos, han llevado a conocer todas las estructuras conservadas de esta enorme villa, tan extensa como la propia Barcino (unas 10 hectáreas). Lo último que se ha podido comprobar son dos prensas de vino del siglo I y que la ciudad y la villa avanzaron en los siglos de forma paralela. En el IV cuando las domus de Barcino se redecoraron y ampliaron y vivieron su mayor esplendor, la villa también.

Que lo antiguo puede estar a la última lo demuestra que pronto la Barcino de finales del siglo III tendrá una maqueta virtual en 3D. Permitirá ver cómo era su muralla de 76 torres que maravilló a los viajeros y que le dieron el nombre de la “ciudad coronada”.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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