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“Una mayor experiencia no garantiza una mejor gestión”

El principal aval gestor de este catedrático de Astronomía para dirigir la Universitat de València es el Observatorio Astronómico

Vicent J. Martínez, durante un momento de la entrevista.
Vicent J. Martínez, durante un momento de la entrevista. TANIA CASTRO

La presencia de Vicent J. Martínez en las elecciones al rectorado de la Universitat de València ha puesto en tela de juicio algunas de las convenciones implícitas en el acceso a la dirección de la universidad desde su democratización. Por un lado, ha cuestionado el segundo mandato del actual rector; por otro, no ha sido antes vicerrector y, en fin, ha ignorado los plazos convencionales de presentación de candidatura y programas. Nacido en Valencia en 1962, el principal aval gestor de este catedrático de Astronomía seducido por la divulgación científica ha sido la dirección, durante 11 años, del Observatorio Astronómico de la institución que ahora aspira a presidir. Ante sí tiene más de 56.000 votantes potenciales, de los cuales 49.587 son estudiantes.

Pregunta. ¿Por qué piensa que puede ser mejor rector que el actual, Esteban Morcillo, con una trayectoria reconocida en la gestión universitaria?

Respuesta. Quizá por el hecho de innovar y que supone llegar un equipo nuevo, ilusionado y potente que se enfrenta a una situación manifiestamente mejorable. Y con ideas nuevas.

P. Me refiero específicamente a su capacidad como rector.

R. Una mayor experiencia no garantiza una mejor gestión cuando hay que poner en marcha cosas nuevas. Mi postulación va unida a un estilo más próximo a la gente, nuevo, que a la universidad le hacía falta.

P. ¿Por qué resultado apostaría ahora?

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R. Por un 60 por ciento Vicent Martínez, 40 por ciento Esteban Morcillo.

P. ¿Qué piensa de la gestión de su oponente en los últimos cuatro años?

Lo que más preocupa es la situación del profesorado en situación más precaria, que son los ayudantes doctores, y que es una consecuencia del Decreto Wert

R. Que ha intentado hacer las cosas lo mejor que ha podido.

P. ¿Tras un mes de precampaña y cinco días de campaña electoral, cuál es la principal preocupación que ha detectado en sus votantes? El profesorado, para empezar.

R. Lo que más preocupa es la situación del profesorado en situación más precaria, que son los ayudantes doctores, y que es una consecuencia del Decreto Wert. En conjunto, hay una desmotivación, por la excesiva carga docente, que es también consecuencia de ese decreto. El profesorado se encuentra muy desmotivado en general.

P. ¿Y el alumnado?

R. Preocupado sobre todo por la subida de tasas. Además, hay una subida de precios encubierta con el paso de la licenciatura que eran cinco años al grado más el máster que necesitas para lograr la misma cualificación profesional. El máster vale casi tres veces más de lo que valía un quinto curso de las antiguas licenciaturas.

P. Finalmente, ¿cómo ha encontrado al personal de Administración y servicios?

R. Un poco desmotivado, igualmente. Creo que no ha recibido la confianza que se merece. Hay que buscar una gestión más moderna, con menos intermediarios, y en la que el peronal de administración se sienta corresponsable de la gestión universitaria.

P. Usted insiste constantemente en la revisión de las prioridades de gasto. ¿Puede concretar cuáles son sus prioridades?

R. Hay que poner el énfasis del gasto en las funciones principales: hacer una buena docencia y una buena investigación. Qué gastos has de asumir y qué gastos has de relegar.

P. Pero en tiempos precarios como el actual, si pone más en un sitio tendrá que decir de dónde lo quita. ¿Puede mojarse?

R. Eso hay que hacerlo desde el gobierno y con mucho consenso. Vamos a analizar con detalle los presupuestos y el reglamento de ejecución presupuestaria y vamos a redistribuir. Al mismo tiempo, habrá que captar más recursos. Nosotros proponemos algunas vías, haciendo lo que mejor sabemos hacer. Por ejemplo, con una buena oferta de másteres on line.

P. Ha llamado la atención su propuesta de eliminar los sistemas por los que se controla el tiempo de trabajo del personal de administración y docente, conocidos como Gestión de Dedicación Horaria (GDH) y el de Gestión de la Docencia Impartida (GDI), respectivamente. ¿Cómo cree que puede sentar en funcionarios de otras administraciones que fichan diariamente?

R. Mirémonos en otros sitios: en la Politécnica no existe el GDI. Cuando se estableció el GDH, los sindicatos plantearon un recurso por desigualdad manifiesta entre el profesorado y el resto de personal. Por eso se montó el GDI, a pesar de que es un sistema de control un poco falaz.

P. ¿Qué quiere decir?

R. Que no responde a sus objetivos. Tal como está montado, alguien podría firmar en el GDI y no dar clase. Es un aparato burocrático que complica la vida del personal. Y el otro sistema, el GDH, ni es barato ni está clara su eficiencia.

P. Entonces su propuesta es...

R. Lo que hay que hacer es prescindir de los dos sistemas y hacer un tratamiento que sea equivalente para todos, profesorado y personal de servicios, y que todo el mundo participe de la bondad del sistema. El nivel de cumplimiento de las funciones del personal de esta universidad es muy alto y existen mecanismos de control más sencillos, razonables y económicos que se pueden aplicar perfectamente.

P. Se está hablando poco en este proceso electoral de la calidad de la docencia. ¿Qué medidas concretas propone para mejorarla?

R. Nosotros ya hemos hecho propuestas. Por ejemplo, la limitación a 240 de las horas lectivas a impartir por el profesorado. La calidad de la docencia va unida a tener un número máximo de créditos razonable. El exceso de carga lectiva contra la aplicación correcta de los criterios de la reforma educativa, la tutorización más personalizada, los grupos reducidos...

P. Aunque más tarde que el actual rector, Esteban Morcillo, usted logró presentar un equipo donde figuran también representantes de candidaturas que compitieron en las elecciones de 2010. ¿Por qué no lo hizo a la vez que su oponente, si usted había anunciado que se presentaría a las elecciones precisamente tras haber hablado con los candidatos al rectorado de entonces, es decir, Furió, Soler y García-Benau?

R. Creo sinceramente que a la universidad le hace falta un cambio. Y pensé que las personas que lideraban aquellas candidaturas podían estar interesadas en liderarla ahora, aunque con el tiempo se ha visto que no y por eso decidí presentarme. En aquellas candidaturas había un yacimiento natural para buscar personas que me acompañaran en esta aventura, porque en su día ya habían dado el paso. Supongo que el profesor Morcillo pensó que una forma de neutralizar esta acción era adelantarse con algunas de esas personas que quisieran formar parte de su equipo para la reelección. Yo me tomé mi tiempo para construir la candidatura y seguí hablando con mucha gente.

P. Entre esas personas con las que habló, ¿es cierto que llegó a ofrecérselo también a Aurelio Martínez, el que, entre otros cargos, fuera consejero socialista de Economía, y actual presidente de la Fundación Valencia CF?

R. En mi primer esquema de vicerrectorados pensé en la necesidad de tener referentes que pudieran ser aglutinadores. Es el caso de Aurelio Martínez, con una gran trayectoria en el sector económico. Él agradeció el acercamiento, pero declinó la oferta y me dio otras ideas, sugerencias y consejos en cuanto a personas y en cuanto a enfoques que yo, por mi parte, agradezco. Entendí perfectamente sus motivaciones personales para decirme que no.

P. ¿Si pierde estas elecciones, aceptaría integrarse en el equipo del ganador?

R. En la primera rueda de prensa que di cuando formalicé mi candidatura, contesté a esta pregunta que “posiblemente, no”. Pero ahora la respuesta es no.

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