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El mapa industrial se encoge

La crisis está golpeando con fuerza un sector que ha perdido 96.500 empleos y 3.432 empresas desde 2008 La economía de Madrid está cada vez más volcada en los servicios, que ofrece menos estabilidad y peores sueldos

La planta de Coca Cola, en Fuenlabrada.
La planta de Coca Cola, en Fuenlabrada.kike para

Huele a quemado. Varias maderas arden en un cubo metálico en la puerta de la fábrica de Coca-Cola en el Polígono Industrial Niño del Remedio de Fuenlabrada. El día en que comenzó la huelga indefinida contra el recién anunciado cierre de la planta era luminoso, pero frío, así que con la fogata se trataba de calentar un poco al personal que se agolpaba alrededor de las pancartas de protesta. Por allí estaba, hace ahora nueve días, Esteban Cardeña, del comité por UGT, que se quejaba por las más de 500 personas que se van a quedar en la calle (la empresa Iberian Partners, única embotelladora de Coca-Cola en España, dice que están afectados por el ERE 370 y que a la mayoría se les ofrecerá o traslado o prejubilación). Pero también advertía Cardeña del impacto económico que supondrá ese cierre para toda la región. “Sin ir más lejos, somos uno de los clientes más importantes del Canal de Isabel II”, aseguraba.

El final de esta fábrica del gigante de los refrescos —con sus trabajadores en pie de guerra calentándose al fuego de un madero, como lo hacían hace poco menos de un año los de la cerrada planta de sanitarios Roca en Alcalá de Henares— es una imagen poderosa del deterioro durante la crisis del tejido industrial de la Comunidad de Madrid. Tras la pérdida de 3.432 empresas y de 96.500 puestos de trabajo en cinco años, el sector emplea al 9,2% de los trabajadores de la región, esto es, la cuarta cifra más baja de toda España, solo por delante de Canarias (5,5%), Baleares (6,6%) y Andalucía (8,3%).

Además, Madrid es la segunda autonomía, solo por detrás de Baleares, donde más ha caído la producción industrial entre noviembre de 2008 y noviembre de 2013: un 32%, según el índice que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE). El empleo en el sector, eso sí, se ha destruido a un ritmo un poco por debajo de la media estatal: un 28,7% (96.500 personas menos, con datos de 2013) frente a un 31,3%.

La industria madrileña es muy importante en el conjunto de España (en 2012 suponía el 9,5% del PIB generado por el sector en todo el Estado), tiene una parte “avanzada tecnológicamente, con alta especialización y generación de valor añadido” y cuenta con sectores punteros como el aeroespacial, insisten desde la Consejería de Economía, que augura además un repunte de la producción industrial en los próximos meses.

Algunos desaparecidos

Coca-Cola en Fuenlabrada. Iberian Partners, única embotelladora de Coca-Cola en España, ha anunciado el cierre de su planta de Fuenlabrada (370 empleados, según la empresa, 579, según los sindicatos).

Lear Holding Spain en Valdemoro. En noviembre pasado anunció el cierre de su fábrica de asientos y tapizados para coches (120 empleados) en Valdemoro para concentrar el trabajo en Épila (Zaragoza).

Volvo en Leganés (y Villaverde). También en noviembre se anunció el cierre de su fábrica de cigüeñales de Leganés (142 trabajadores), que había abierto en 2008 para compensar, a su vez, la clausura de otra fábrica en Villaverde (593 empleados).

Roca en Alcalá de Henares. La empresa multinacional anunció el cierre de su planta de Alcalá de Henares en diciembre de 2012 (476 trabajadores).
E General Electric en Getafe. La empresa decidió en 2012 eliminar la producción de luminarias de su planta de Getafe (en la que trabajaban 55 personas) y mantener únicamente actividades de logística.

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Sin embargo, todo eso es lógico teniendo en cuenta la historia de Madrid y el volumen general de su economía dentro del PIB español (casi el 18%). Así, al fijar la vista dentro de la comunidad, especialistas y sindicatos señalan una gran descompensación y advierten contra un paulatino deterioro industrial dentro de un tejido empresarial cada vez más volcado en los servicios. En 2008, este sector daba empleo al 77,6% de los trabajadores de la región; el año pasado alcanzó el 85% (la segunda cifra más alta de España; en Canarias es el 85,5%).

“Buena parte de las empresas industriales que se mantienen en la región han abandonado total o parcialmente sus actividades productivas, de fabricación, que se han deslocalizado”, explica por correo electrónico el economista y geógrafo del CSIC Ricardo Méndez. Y continúa: “En algunos casos han mantenido en Madrid las sedes, los centros de I+D, la gestión, etcétera, lo que aún genera un empleo de cierta calidad, aunque de profesionales de los servicios. Pero en muchos otros lo que quedan son almacenes y locales dedicados a la distribución, con poco empleo, de escasa cualificación y a menudo precario, que apenas genera ni demanda ningún tipo de innovación, lo que supone un retroceso cualitativo difícil de cuantificar pero bastante significativo, sobre en los municipios del Sur y del Corredor del Henares”.

Ahora está la Coca-Cola, que va a cambiar, argumentan desde Iberian Partners, su modelo organizativo cerrando cuatro embotelladoras y concentrando el trabajo en el resto (A Coruña, Bilbao, Barcelona, Málaga, Sevilla, Santa Cruz de Tenerife y Valencia). Y también la fábrica de discos Sonopress —de la multinacional Bertelsmann—, en Coslada, con 134 trabajadores, cerrará el próximo marzo por “pérdidas continuadas y un mercado sin viabilidad de futuro”.

Pero poco antes fue la fábrica de asientos y tapizados para coches que la multinacional Lear Holding Spain decidió cerrar en Valdemoro para trasladar a buena parte de los empleados (120) a su fábrica de Épila (Zaragoza). Y también se cerrará muy pronto la de Volvo en Leganés (con 142 empleados), según la empresa, por la deslocalización de las producciones de cigüeñales que actualmente se fabrican en esta planta, para realizarlas en Alemania, Suecia y EE UU. Y esta historia es, además, especial, pues el complejo nació hace algo más de siete años para compensar otro cierre, este de mayor envergadura: el de la fábrica que la filial de Volvo Renault Vehículos Industriales tenía en Villaverde, que contaba con 593 empleados.

Quizá con la crisis se haya acelerado, o tal vez causa mayor impacto por el contexto de desempleo generalizado, pero las preocupaciones llevan latentes muchos años. Echando un vistazo a la hemeroteca se encuentra, por ejemplo, una manifestación por el centro de Madrid en diciembre de 2002 contra “el desmantelamiento del tejido industrial madrileño”, al albur de la desaparición de empresas como Sintel, Avanzit o Poliseda. Y, aún antes, se encuentran declaraciones de 1990 del que era entonces secretario general de CC OO de Madrid, Rodolfo Benito, como estas: “Las industrias se van de la región y son sustituidas por empresas de servicios, y Madrid necesita seguir teniendo peso industrial”.

Pero ¿por qué es malo depender tanto de los servicios y dejar caer las fábricas, si también hay buenos nichos y buenos empleos en el primer sector? Méndez, del CSIC, explica que el empleo suele ser de mayor calidad en las fábricas. El 82% de los asalariados de este sector tienen contrato fijo, frente al 77% de los servicios y el 65% de la construcción. Además, los trabajadores de la industria en Madrid ganaban en 2011 de media anual 30.000 euros, casi 5.000 más que en los servicios. Luis de Velasco, portavoz de UPyD en la Asamblea de Madrid, añade el “efecto multiplicador en puestos de trabajo”: “Siempre surgen industrias auxiliares, de servicios, por ejemplo”. Un efecto, que también se da al contrario, advierte el economista y exconcejal del Ayuntamiento de Madrid Alejandro Inurrieta: esto es, que el cierre de unas industrias llama a la salida de otras...

La Consejería de Economía señala que la terciarización económica —ese vuelco hacia los servicios— es propio de economías avanzadas y se da en todo el mundo. Sin embargo, Méndez recuerda una comunicación de 2012 de la Comisión Europea titulada Una industria europea más fuerte para el crecimiento y la recuperación económica. “Europa ha de invertir la tendencia al declive de su industria para afrontar el siglo XXI. Esta es la única manera de conseguir un crecimiento sostenible, crear empleo de valor elevado y resolver los retos de la sociedad a que hacemos frente”, dice el texto.

La secretaria general de la Federación de Industria de Madrid de CC OO, Mercedes González —lo mismo hacen desde IU, PSOE y UPyD—, se queja de la falta de políticas públicas de apoyo en un contexto dominado por las pequeñas empresas y las microempresas que están sufriendo como nadie la falta de crédito por parte de los bancos. “No ha habido una política seria de apoyo, ni siquiera a las exportaciones cuando la demanda interna era muy baja. Todas las ayudas han sido a la banca y nada ha habido para el tejido productivo”, asegura. González habla de “erial” y de “desierto industrial”. “La industria madrileña es una de las más castigadas del país”, añade Jesús Dionisio, diputado regional socialista, que también protesta contra “la pasividad del Gobierno regional que ha renunciado a defender el sector industrial en favor del fallido proyecto de Eurovegas [el frustrado proyecto de megacasino del magnate estadounidense Sheldon Adelson en la comunidad]”.

El Gobierno regional se defiende esgrimiendo varios planes de fomento de la industria, el último, finalizado en 2012. En este, el Gobierno invirtió casi 670 millones de euros en cuatro años, aunque González, de CC OO, dice que no le consta ejecución alguna y que su sindicato reclamó sin éxito en varias ocasiones reuniones de seguimiento del plan, llamado FICAM.

Inurrieta suele citar a menudo el siguiente dato para argumentar la falta de apoyo organizado por parte de las administraciones: “En los últimos 10 años ha desaparecido el 40% del suelo industrial a favor de la actividad residencial”. El avance del Plan General de Ordenación Urbana del Ayuntamiento de Madrid, ahora en periodo de alegaciones, prevé integrar el suelo industrial, terciario y de nuevas tecnologías en un solo epígrafe, el de “actividades económicas”, es decir, que ese suelo para fábricas se podrá usar, por ejemplo, para colocar centros comerciales en la capital, uno de los grandes núcleos fabriles de la comunidad junto a los municipios del sur y el Corredor del Henares, al Este.

El portavoz de la Consejería de Economía vuelve a insistir en las fortalezas de la industria de la región, que concentra las sedes de “un 60% del sector aeronáutico español y un 80% del espacial”, así como “el 44% del sector farmacéutico”. Y también destaca algunas aperturas importantes en los últimos años, a pesar de las “dificultades”, como la planta de Zardoya Otis en Leganés en 2009 (250 empleados) o la de Thyssenkrupp Elevadores en Móstoles en 2011 (100 nuevos empleos).

Mercedes González, de CC OO, también ve, a pesar de de todo, pequeños atisbos de luz en esa industria aeroespacial alrededor de EADS-CASA (perteneciente a Airbus) en Getafe — “Con un poco de apoyo de apoyo de la administración podría suponer un gran impulso para la zona”— o el proyecto de revitalización industrial que están impulsando sindicatos, patronales y ayuntamientos de la zona del Henares. “Tengo la esperanza de que cambie un poco la actitud después de los varapalos de Eurovegas y de los Juegos Olímpicos [Madrid fracasó el año pasado por tercera vez en su intento de albergarlos]“.

“Tenemos toda la capacidad para crear un modelo productivo muy dirigido a acabar con el paro y la precariedad laboral”, dice Eddy Sánchez, coordinador general de IU Madrid, después de destacar ese potencial aeroespacial. Sánchez insiste en la falta de apoyo del Gobierno, pero también en la obsolescencia de muchas de las industrias. “No podemos seguir existiendo agónicamente en torno a sectores que ya son otros países los que los pueden hacer mejor. No podemos seguir con artes gráficas, con químicas…”.

Luis de Velasco, de UPyD, también señala el camino: “No es fácil quebrar esa tendencia pero hay posibilidades con políticas horizontales que busquen desarrollar sectores con mayor valor añadido y nuevas tecnologías de procesos y de productos. Y la especialización productiva aplicando políticas horizontales fomentando Educación e I+D+I”.

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