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Detenido un párroco por abusar de tres hermanos en Santa Coloma de Gramenet

El sacerdote está acusado de practicarles tocamientos a los menores, de 12, 14, y 15 años

Rebeca Carranco
La parroquia Santa Rosa.
La parroquia Santa Rosa.Consuelo Bautista

Cada domingo, Carlos Sandoval, su mujer y sus cinco hijos acudían a misa. “Le teníamos respeto al párroco, como párroco que es”, explicó ayer, en referencia a Ignasi Marqués, el cura responsable de la iglesia de Santa Rosa, en la ciudad barcelonesa de Santa Coloma de Gramenet. Los Mossos d’Esquadra detuvieron el miércoles a Marquès, de 63 años, acusado de abusar de tres hijos de Sandoval, de 12, 14 y 15 años.

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El hombre es sospechoso de encerrarlos en su despacho parroquial y tocarles los genitales, según fuentes del caso. A pesar de eso, el juez le dejó ayer en libertad con cargos, con la orden de no acercarse a más de 200 metros de los tres menores, que estaban en catequesis en la parroquia. Cuando la policía le detuvo, Marquès alegó que estaba impartiendo educación sexual a los menores.

El hijo mayor de Sandoval, de 15 años, fue quien dio la voz de alarma. Hace dos semanas, Marquès le llamó a su despacho. “Le preguntó si había tenido relaciones sexuales, y le pidió que le enseñase el miembro”, explicó ayer el padre de los menores. Ante la extrañeza del joven de 15 años, que le preguntó al párroco que qué estaba haciendo, este le dijo: ‘Ten confianza en mí”, relató Sandoval. Pero el menor consideró que aquel comportamiento no era normal y se lo contó a sus padres.

La revelación del adolescente ocasionó una cadena de confesiones: el párroco había abusado presuntamente de los otros dos hijos de Sandoval que también estaban asistiendo a catequesis. El hombre detalló cuál fue el proceso en ambos casos, con el objetivo de que ningún niño se pueda ver ante una situación similar.

Según la acusación de Sandoval, a su hijo de 14 años le engatusó preguntándole si ya tenía vello púbico y pidiendo que se lo enseñase. Al más pequeño le contó que “Jesucristo había sido operado para no tener hijos” y le pidió que le enseñase su miembro, para explicarle cómo fue el proceso. Incluso a uno de los críos intentó masturbarle, pero paró cuando el niño se quejó porque le “ardía”, contó el padre de los tres hermanos.

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El párroco de Santa Coloma encerraba a los menores en su despacho

El primer intento de abuso sexual, según Sandoval, fue la noche del 24 de diciembre, en la misa del Gallo. Cuando acabó la celebración, el párroco cerró la iglesia y se llevó al menor de los tres hermanos a la parte trasera. “Le dijo que se quedase a dormir con él y le cogió las nalgas”, explicó su padre. Sandoval aseguró que sus hijos tenían miedo de contarlo, para evitar que luego el detenido “les mirase mal”. Además, era el “párroco”, una especie de institución para la familia.

El hijo mayor, en cambio, aseguró que no golpeó al detenido cuando abusó de él por “respeto a un hombre mayor”.

Marquès llevaba poco más de medio año destinado en la iglesia de Santa Coloma de Gramenet. En una escueta nota, tras conocerse su detención, el Arzobispado de Barcelona anunció que apartaba a Marquès de sus funciones, aunque esgrimió la “presunción de inocencia” del sacerdote. Los Mossos mantienen el caso abierto y sospechan que otros muchos menores pueden haber sido víctimas de Marquès.

El sacerdote detenido tiene una estrecha vinculación con la comunidad inmigrante. Conocido como el cura de los negros, en 1984 fue uno de los fundadores de una entidad pionera, el Centre Sant Pau, que acogía a inmigrantes africanos y les daba asistencia social, médica e incluso jurídica. Además, fue director del Secretariado Gitano de Barcelona. Durante varios años ejerció de párroco en la iglesia de Sant Pere y Sant Pau, en Mataró. Licenciado en Teología, ha escrito diversos libros, en los que aborda, entre otras cuestiones, su visita a diversos misioneros, y alaba la labor en el extranjero de los religiosos.

El acusado fue director del Secretariado Gitano de Barcelona

“Estamos impresionados, nunca nos hubiésemos esperado algo así”, insistió Sandoval, de 42 años, ecuatoriano que lleva 14 años en España, y en el paro, fruto de un accidente que sufrió como albañil. Cuando su hijo le contó lo sucedido, optó por denunciarlo a los Mossos y no volvió a hablar con el cura, que da misa a escasos metros de su piso. “Incluso llamaba a casa para que los niños fuesen a catequesis cuando vio que faltaban”, contó el hombre. Tras su puesta en libertad, Marquès volvió ayer a la Iglesia Mayor de Santa Coloma, donde reside.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.

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