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Boadilla pide ante el juez 57 millones por las expropiaciones de la M-50

La concesionaria de la vía dice que ya pagó con accesos a un área de oficinas Fomento es responsable subsidiario de la cantidad reclamada

La M-50, a su paso por Boadilla del Monte.
La M-50, a su paso por Boadilla del Monte.CARLOS ROSILLO

La autovía M-50 a su paso por Boadilla del Monte —12,8 kilómetros— ocupó, además de terrenos privados, diez fincas municipales. Pero el Ayuntamiento no recibió ninguna compensación económica por la expropiación. En 2011 el alcalde, Antonio González Terol, del PP, reclamó por este motivo a la concesionaria de la infraestructura, Accesos de Madrid, 57,5 millones, y de forma subsidiaria al Ministerio de Fomento.

No recibió contestación por lo que la pretensión del municipio se considera desestimada por silencio administrativo. El Ayuntamiento no se rindió y decidió interponer en 2013 un recurso contencioso administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) en el que solicita que se reconozca su derecho al abono del justiprecio correspondiente. El suelo expropiado es urbano y está calificado como sistema general viario reservado para la M-50.

El director general de Accesos de Madrid, José Antonio López Casas, asegura que entre los años 2000 y 2003 la empresa llegó a un acuerdo con el Consistorio. Este le cedía una serie de terrenos municipales y de otros propietarios y Accesos de Madrid se encargaba de realizar una serie de obras vinculadas a la Ciudad Financiera del Banco de Santander, que facilitaban la construcción y acceso al complejo financiero. “Hemos enviado toda la información a los jueces, porque nosotros hemos hecho lo que teníamos comprometido”, puntualiza López Casas.

El concejal de Urbanismo boadillense, Miguel Ángel Ruiz, rebate los argumentos de la concesionaria. “Es verdad que construyeron cuatro puentes, pero son obras que forman parte de la carretera, porque ha dividido el municipio en dos. Es una obligación legal que, en absoluto, se puede considerar una indemnización por la expropiación de los terrenos”, afirma.

En el trazado de la M-50 existían varias calles de titularidad municipal que se vieron afectadas por la construcción de la autovía. Entre ellas la de Saint Cloud, que perdió una superficie de 5.881,53 metros, informa el Ayuntamiento al TSJM, para demostrar que se podía exigir a la concesionaria la ejecución de esos puentes.

Al mismo tiempo, Ruiz recuerda que las pasarelas no disponían de las más elementales medidas de seguridad, ni contaban con un pavimento adecuado para los peatones, ni con suficiente iluminación. “Ha sido el municipio el que ha tenido que arreglar estas deficiencias”, puntualiza.

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En el recurso, el Ayuntamiento explica que la concesionaria formuló una propuesta de adquisición mediante un escrito de 1 de julio de 2003, reiterado en julio y octubre de ese año, sin que el convenio se llegara a aprobar por el pleno municipal. “En lugar de continuar con la fase de justiprecio para alcanzar un acuerdo más adelante, tratan de imponer su propuesta por encima de la ley y en perjuicio de los derechos legítimos del Ayuntamiento en cuanto a lo expropiado”, indican.

El tramo de la autovía de circunvalación M-50 que discurre por el término municipal de Boadilla se inauguró el 24 de febrero de 2004, junto con las autopistas de peaje radiales R-3 y R-5 (también construidas por Accesos de Madrid). Era la última parte pendiente de poner en servicio de la M-50 oeste. A la apertura asistieron el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, acompañado del Francisco Álvarez Cascos, en aquel momento ministro de Fomento. No podían suponer que diez años después ambas radiales se encontrarían en concurso de acreedores.

La construcción de la autovía se llevó por delante encinas y pinos de gran porte y provocó las protestas de los vecinos, que reclamaron que se enterrara. Finalmente, se decidió realizar un trazado en trinchera, se bajó la rasante y se construyeron dos falsos túneles.

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