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El ocaso del alcalde de Vall d’Alba

Martínez, que fue mano derecha de Carlos Fabra, acumula un patrimonio de 1,5 millones El fiscal recibirá documentos del ‘pelotazo’ de la depuradora de Borriol

El ex número dos de la Diputación de Castellón, Francisco Martínez, con el expresidente provincial Carlos Fabra, en una corrida de toros.
El ex número dos de la Diputación de Castellón, Francisco Martínez, con el expresidente provincial Carlos Fabra, en una corrida de toros. ÀNGEL SÁNCHEZ

“En cualquier Diputación y Ayuntamientos hay cientos de expedientes expropiatorios que afectan a alcaldes, diputados y sus familias, y por tanto es todo totalmente legal”. De esta forma se justificaba Francisco Martínez, quien fue la mano derecha del expresidente de la Diputación Carlos Fabra, cuando fue cesado como vicepresidente por proyectar una depuradora en una finca que comparte con sus hijos y por la que iban a recibir 51.000 euros (por la expropiación) pese a estar valorada en 3.000. Es prácticamente lo único que ha dicho públicamente desde que el actual presidente, Javier Moliner, le retirara todas sus competencias por este episodio.

Esta semana Martínez asistió a un pleno dedicado casi en exclusiva a él y lo hizo sentado, por primera vez en años, lejos de la mesa presidencial. “Martínez es el paradigma de quien se ha hecho rico en política”, espetó el portavoz socialista, Francesc Colomer. De hecho, es alcalde de Vall d’Alba desde 1991 y diputado desde 1995 y en este tiempo ha pasado de regentar una tienda de ultramarinos a poseer un patrimonio declarado de 1,5 millones, el mayor de sus compañeros de bancada.

El PSPV-PSOE exigió en este pleno explicaciones sobre la polémica frase y sobre el entramado de empresas de Martínez que han salido a la luz a raíz del pelotazo de la depuradora.

El ex número dos provincial gobierna su pueblo a golpe de inauguraciones

El todavía diputado y alcalde de Vall d’Alba es socio a partes iguales con sus dos hijos de Franvaltur, la empresa creada en 2009 y que tiene en propiedad la polémica parcela de la depuradora de Borriol. El alcalde de esta localidad, Adelino Santamaría, insiste en mantener que desconocía de quién era la empresa y los terrenos que se escondían tras Franvaltur. A las reuniones acudía el apoderado, Raúl Babiloni. Desde 2009, Martínez y sus hijos han ampliado su capital social aportando hasta 17 fincas (varias sin registrar) y seis apartamentos rurales. Su hijo aportó, siendo menor de edad, dos fincas no inmatriculadas. Entre los terrenos hay también parte de los que Martínez recibió como donaciones desinteresadas de vecinos. El capital de la empresa ronda los 600.000 euros.

Martínez también comparte con su socio Babiloni Prodever, sociedad creada en 2006 para la construcción de edificaciones y obra civil, urbanización y parcelaciones. Su capital supera los 300.000 euros en terrenos y aportaciones en metálico. Por otro lado, la hija de Martínez y su socio mantienen otra sociedad creada en 2005, Gestintur, a la que aportó una finca sin registrar apenas estrenada la mayoría de edad.

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En total, el alcalde de Vall d’Alba ha aportado directamente un patrimonio de más de 300.000 euros en estas sociedades que suman un capital social de casi 1,2 millones de euros.

Declarará como imputado por la corrida de toros de la Beneficencia

El coportavoz de Compromís en Castellón, Carles Mulet, ha pedido a la fiscalía que investigue de oficio este entramado de empresas que, dice, carecen de actividad conocida. El portavoz en la Diputación, Enric Nomdedéu, llevará al fiscal documentación para que investigue si Martínez hizo uso de información privilegiada en el caso de la depuradora. “El uso de información privilegiada ya es punible”, dijo.

Los socialistas reclaman información sobre si la Diputación ha cerrado proyectos en terrenos vinculados al ex número dos de Moliner a través de estas empresas. El presidente lo negó. Pero lo ocurrido en Borriol hubiera salido adelante de no ser por la denuncia del edil de Compromís.

A su destitución Martínez suma una reciente citación para declarar como imputado por supuesta prevaricación en la gestión de la corrida de toros de la Beneficiencia. Pero su ocaso en la Diputación contrasta con el apoyo que se ha granjeado en el municipio que gobierna a golpe de inauguraciones. Vall d’Alba, un pueblo de 3.000 habitantes, ha sido premiado con grandes inversiones de la corporación provincial, la Generalitat y de la UE.

No son pocos los que atribuyen esta lluvia de dotaciones sobredimensionadas a la posición del regidor como mano derecha de Carlos Fabra durante años y como jefe (hasta el mes pasado) de los planes de obras y servicios que proyecta la propia Diputación. Desde allí, Martínez ha cocinado proyectos como la piscina cubierta, un gran complejo deportivo de dos plantas con jacuzzi y canchas de baloncesto, con 600.000 euros y otros tantos debían llegar del Plan Confianza.

Vall d’Alba fue la elegida para construir la principal planta de purines de la provincia con 6,6 millones repartidos entre la Diputación y los fondos Feder. El Ayuntamiento aprobó poco después un plan que implica obligatoriamente su desaparición. También se levantó el primero de cinco centros CEDES, de tres plantas y de más de 600.000 euros. La lluvia de proyectos llega, además, desde la Generalitat. Vall d’Alba alberga un instituto (que se disputaban otros municipios), un centro de salud que abre las 24 horas y cubre a 11.000 personas, y una comisaría de la policía autonómica.

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