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ERC marca distancias con CiU para ser el partido hegemónico tras el ciclo electoral

Los republicanos buscarán un discurso de izquierdas para crecer en las europeas Junqueras quiere fichar para las europeas a independientes desencantados con el PSC

Oriol Junqueras, presidente de Esquerra Republicana.
Oriol Junqueras, presidente de Esquerra Republicana.Gianluca Battista

Esquerra Republicana quiere olvidar cuanto antes su apoyo a los Presupuestos de 2014, señalado por el resto de la izquierda como el símbolo de la supeditación de las políticas económicas al proceso soberanista. Para lograr borrar el recuerdo, y trabar un discurso de alternativa al Gobierno, el líder republicano Oriol Junqueras marcó ayer distancias con Convergència i Unió y confesó el objetivo de los republicanos: ser el primer partido de Cataluña tras el nuevo ciclo electoral que se inicia este mayo, con las europeas, las municipales y estatales de 2015 y las catalanas, que si no hay avance motivado por el fracaso de la consulta serán para 2016.

Para lograr su objetivo, ERC ha diseñado una estrategia que consiste en ocupar el espacio de centroizquierda catalanista que hasta ahora ocupaba el PSC, cuarteado por su estrategia ante la consulta soberanista. Un camino hacia la victoria electoral que va en paralelo con el camino hacia la consulta. “En la medida en la que construimos la mayoría social y política para maximizar el apoyo al proceso, estamos construyendo la mayoría social y política que en futuro Estado independiente represente el modelo económico alternativo que nosotros queremos representar”, dijo Junqueras ante el consejo nacional del partido.

El primer paso para ocupar el lugar del PSC es lograr atraer a personas cercanas al socialismo catalán hastiadas por la deriva del partido de Pere Navarro. Por ello en las europeas el partido buscará nutrir su lista con independientes procedentes de este ámbito. ERC desechó una acndidatura unitaria con CDC –“no pudo ser”, argumentó Junqueras- y tampoco se presentará con Bildu, para reforzar su imagen de partido de centro y centrar su acción en los Países Catalanes. “Dijimos que una lista conjunta a las europeas tendría sentido si había una lista formada por independientes y lo más transversal posible. Por ello intentamos incorporar gente que viene de tradiciones políticas diferentes, del autonomismo y el federalismo de toda la vida, pero que ahora están en tránsito hacia la independencia”, introdujo Junqueras, que remachó: “Ahora nuestro compromiso sigue siendo el mismo: construir una lista que encarne estos perfiles”.

Junqueras intentó convencer a los dirigentes de su partido de la viabilidad de la estrategia de situarse como alternativa a un partido que apoya prácticamente sin fisuras: la consulta, dejó claro Junqueras, motiva la alianza con CiU. “Es legítimo que aspiremos a ser una fuerza política mayoritaria. De la misma manera que es perfectamente legítimo que en estos momentos, cuando los sondeos nos dicen que podemos ganar las elecciones, sigamos apoyando la mayoría parlamentaria que ya existe en favor del referéndum”.

Pero el guiño a su alianza parlamentaria se quedó ahí. Junqueras buscó las distancias con CiU en todo su discurso: lamentó la presencia del presidente de la Generalitat, Artur Mas, en el almuerzo de la Fonteta, con dirigentes del PP. “Hemos visto la expresión de una forma de hacer política, reunir a unos cuantos dirigentes de partidos que siempre han mandado, han querido mandar y sobretodo quieren mandar para siempre”, explicó Junqueras que aseguró que no hubiera ido al almuerzo si le hubieran invitado. El republicano también subrayó otra de las diferencias que mantiene con CiU: la rebaja de impuestos a los casinos, a la que el partido independentista se niega.

Las europeas serán el primer asalto de la larga batalla de ERC para hacerse con la hegemonía. Presentándose en solitario los republicanos se arriesgan a perder frente a la candidatura de CiU (coaligada con el PNV para los comicios, de circunscripción única), pero los votos en Cataluña son los que importan a ERC. Para ganar, Junqueras sigue confiando en la misma receta que le ha funcionado hasta ahora: ser a la vez socio de Gobierno y líder de la oposición: “Para ser los socios más leales del pueblo catalán debemos hacer dos cosas: mantener nuestros compromisos actuales para hacer posible el referéndum, y dejar bien claro que tenemos un modelo económico y social no solo diferente, sino francamente mejor”, apostilló Junqueras.

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