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Euskadi celebra la botadura de otros tres barcos en plena crisis de La Naval

El principal astillero sigue varado mientras el sector logra relanzar su actividad

Mikel Ormazabal
Botadura del Atunero 'Playa de Ris', este viernes en el Astillero Balenciaga, en Zumaia.
Botadura del Atunero 'Playa de Ris', este viernes en el Astillero Balenciaga, en Zumaia.Gorka Estrada (EFE)

El sector de la construcción naval en Euskadi ha vivido este viernes una jornada de claroscuros. Por un lado, los astilleros Murueta, Balenciaga y Zamakona han festejado la botadura de sendos barcos en Erandio, Zumaia y Pasaia, respectivamente; por otro, los trabajadores de La Naval han seguido delante con sus movilizaciones de protesta porque la factoría de Sestao no logra nuevos contratos, como sí están consiguiendo el resto de firmas.

Es la cara y la cruz de la industria naval vasca. La puesta en servicio de tres nuevos buques supone, según ha declarado la consejera de Desarrollo Económico, Arantza Tapia, que el sector naval ha entrado en “una nueva época” en la que está consiguiendo “hacer frente a la incertidumbre que se había creado con el tema de la tax lease antiguo”. La multa que Bruselas impuso a España en julio pasado por un uso indebido del marco fiscal que regía las ayudas a la construcción de buques alimentó los peores augurios sobre la supervivencia de esta industria. La situación se ha tornado otra, más positiva, a partir de que la mayoría de los astilleros vascos hayan cerrado contratos que les garantizan carga de trabajo para los próximos años.

Los trabajadores de Sestao reclaman soluciones al parón de su factoría

“La salud del sector está bien, está en marcha y funciona. Tecnológicamente somos buenos y ahí estamos”, ha manifestado Tapia, quien asistió en Zumaia a la botadura del atunero Playa de Ris, fabricado por Balenciaga. En este panorama de bonanza, la excepción es La Naval, que tiene previsto entregar el próximo marzo el barco que ultima en sus gradas. A partir de entonces “no habrá trabajo”, afirma Txema Belón, miembro del comité de empresa, y quedarán en peligro los puestos de los 236 integrantes de su plantilla.

Los empleados han organizado una asamblea previa a la reunión que este viernes ha celebradoi el Consejo de Administración de La Naval. Los trabajadores entregaron un escrito en el que piden conocer las razones de la mala situación que atraviesa la factoría y los remedios que va a poner la dirección. Ambas partes mantendrán una cita el próximo martes para tratar estas cuestiones y, posteriormente, se reunirán con los alcaldes de los cuatro municipios de la Margen Izquierda —Sestao, Barakaldo, Santurtzi y Portugalete—.

El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, se ha refirido en una entrevista en Radio Popular a las dificultades que padece La Naval al no contar con pedidos para el futuro, aunque lamentó que el Ejecutivo foral que preside “poco puede hacer porque no compramos barcos”. La Naval ha pasado por ocho ERE de suspensión y uno de extinción en los últimos años hasta reducir notablemente su plantilla. Es el único astillero de la cornisa cantábrica que no tiene en cartera nuevos contratos que permitan mantener la actividad de las instalaciones, aseguran sus empleados. En cambio, con la aprobación del nuevo tax lease, al que la Unión Europea dio luz verde el pasado miércoles, Balenciaga y Zamakona han demostrado haber revertido la situación de los últimos años con nuevos encargos, en algún caso “a riesgo propio”, es decir, sin tener asegurada al 100% la financiación.

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Tapia urge a la UE y al Gobierno central a pactar la devolución

Ante estas “buenas noticias”, la consejera Tapia ha querido poner como contrapunto el conflicto que aún sigue vivo a cuenta de las ayudas ingresadas por los astilleros vascos a cuenta del viejo tax lease. Ha asegurado que aún no hay un acuerdo entre el Gobierno español y la Comisión Europea sobre el cálculo de la cantidad que deberá devolver el sector naval. El Ministerio de Industria cifró en 126 millones de euros el dinero a devolver, lo que no comparte la Comisión Europea. “Bruselas y el Estado tienen que sentarse a hablar y llegar a un acuerdo. No queda otra, porque son los dos actores principales”, ha dicho Tapia.

La consejera enfatizó que las ambas “se tienen que poner de acuerdo para zanjar” la devolución de las ayudas del anterior tax lease. “Un sector tan competitivo y tan importante como el naval no puede enfrentarse a una incertidumbre como la que se está viviendo. Entre todos tenemos la obligación de llegar a un acuerdo”, ha manifestado. Tapia abundó que Euskadi está “donde tiene que estar” en el desarrollo de la actividad naval, y está recibiendo el apoyo de Europa porque es industria resulta “importante y de futuro estratégico”. Con todo, ha insistido en que “hay que cerrar el capítulo” de la devolución de las ayudas “para poder mirar al futuro con optimismo”.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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