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De la Casa Blanca a la 080

La diseñadora cubana Isabel Toledo, que vistió a Michelle Obama, clausura la pasarela catalana El catalán Josep Abril se lleva el premio del certamen de moda a la mejor colección Más de 42.000 personas visitan el festival, un 40% más que el año pasado

Jessica Mouzo
Última jornada de la 080 Barcelona Fashion
Última jornada de la 080 Barcelona FashionAlbert Olive (EFE)

Con una tímida sonrisa y el mismo sosiego con el que se enfrentó a la vertiginosa popularidad que supuso vestir, allá por 2009, a Michelle Obama en la toma de posesión de su marido, Barack Obama, como presidente de los Estados Unidos, la diseñadora cubana Isabel Toledo se abrió paso entre las ruinas del Born para cerrar el último desfile de grandes diseñadores que acogió ayer la 080 Barcelona Fashion. La modista está considerada una de las 100 personas más influyentes del mundo de la moda.

Ni siquiera ser catalogada como “una figura de culto” por The New York Times o que la llamen “la modista de Michelle Obama”, la despistan de su camino. “Yo estoy al servicio de las mujeres. Quiero que ellas sientan que he pensado en ellas al diseñarlo y que estén cómodas con el vestido”, medita tranquila, enfundada en un mono azul asimétrico de cremalleras infinitas. La modista, que se formó profesionalmente a la sombra de Diana Vreeland en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, pronto demostró su personalidad alejándose de los tempos que marcaba la industria de la moda. En 1998, rompió con los dictados clásicos y dejó de diseñar dos colecciones anuales para “optar por el silencio y empezar a enseñar en museos”.

La artífice del vestido de encaje en color lemongrass con el que Michelle Obama entró por primera vez en la Casa Blanca reconoce que la elección de la Primera Dama le regaló “muchas oportunidades buenas y un tsunami de prensa” y popularidad: “Pudimos hacer una colección de zapatos que no costaban más de 35 dólares”, recuerda la modista, señalando a las sandalias oscuras de tacón imposible que encumbran su mono azul. De la moda catalana, que tuvo oportunidad de ojear durante su semana en Barcelona, reconoce que se encandiló “con el romanticismo y los interesantes patrones” de la modista Natalie Capell, la joven diseñadora que trabaja desde su pequeño atelier escondido entre las callejuelas del Born.

Toledo cerró la pasarela catalana con un desfile retrospectivo de alta costura donde coloridos vestidos de fiesta elaborados con tules, sedas, encajes y grandes volúmenes y superposiciones impregnaron un sofisticado desfile ajeno al paso del tiempo.

Tras su colección, fue el turno de las jóvenes promesas del MODAFAD, el certamen de diseñadores emergentes que se celebra en el marco de la semana de la moda catalana. El modisto Guillem Rodriguez, ganador de la última edición del MODAFAD, paseó su colección Vulnérable, por la pasarela del centro cultural del Born junto a la finalista del mismo certamen, Patricia Ferreira.

El diseñador catalán Josep Abril se llevó el premio a la mejor colección de esta edición de la 080 por su trabajo Reflections. El jurado le otorgó el galardón, dotado con 20.000 euros, por “la creatividad, calidad y proyección internacional” de su proyecto. Según la organización del festival, la pasarela cierra con un nuevo récord de asistencia: unas 42.000 personas acudieron a la cita más importante de la moda catalana, un 40% más que el año pasado.

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Sobre la firma

Jessica Mouzo
Jessica Mouzo es redactora de sanidad en EL PAÍS. Es licenciada en Periodismo por la Universidade de Santiago de Compostela y Máster de Periodismo BCN-NY de la Universitat de Barcelona.

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