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América, salvavidas de las Atarazanas

Cultura entrega a CaixaBank su propuesta para convertir al astillero medieval de Sevilla, cerrado desde hace cinco años, en punto de encuentro con el continente

Margot Molina
Una vista interior de las Reales Atarazanas de Sevilla.
Una vista interior de las Reales Atarazanas de Sevilla. julián rojas

Cuatro jugadores (Consejería de Cultura, CaixaBank, Fundación Cajasol y Ayuntamiento de Sevilla), un terreno de juego (Reales Atarazanas de Sevilla: 7.200 metros cuadrados) y una balón (la reforma del monumento). El partido comenzó a jugarse el 31 de marzo de 2009 cuando la entonces consejera de Cultura, Rosa Torres, firmó un acuerdo de cesión del uso del inmueble por 75 años a CaixaBank. A cambio, la entidad bancaria reformaría el conjunto del siglo XIII para convertirlo en un CaixaForum. La inversión mínima garantizada en el convenio era de 20 millones de euros, aunque los promotores reconocieron desde el principio que el coste del proyecto, encargado mediante un concurso que ganó el arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra, sobrepasaría con creces esa cantidad.

Cuando están a punto de cumplirse cinco años desde que comenzó el partido, las condiciones han cambiado y aún no se conoce el nuevo reglamento. Tras la renuncia, en noviembre de 2012, de CaixaBank a convertir el astillero medieval en un centro cultural, la entidad bancaria y la Junta acordaron, en marzo de 2013, una compensación de 10 millones de euros para la rehabilitación del monumento y una aportación de 200.000 euros anuales para su funcionamiento.

Desde entonces, la pelota está en el campo de la Consejería de Cultura, encargada de redactar un nuevo proyecto de uso para las Atarazanas, declaradas Bien de Interés Cultural (BIC). El consejero, Luciano Alonso, aseguró el pasado 23 de enero que ha entregado su “propuesta” a CaixaBank y a la Fundación Cajasol y que está “a la espera de respuesta”.

La propuesta de la Junta mantiene la planta baja del monumento como una plaza pública cubierta

El proyecto de Cultura, que necesita el visto bueno del resto de los implicados, pretende convertir a las Atarazanas en un foro de encuentro con el continente americano. La idea es que Sevilla disponga de un centro cultural que reviva el papel predominante que tuvo la ciudad en la relación con el continente como Puerto de Indias en los siglos XVI y XVII.

La propuesta que ha presentado Alonso, quien ha rehuido hablar del tema con este periódico, parte del proyecto de Vázquez Consuegra para el malogrado CaixaForum pero necesariamente reducido porque se tiene que ajustar a un presupuesto de 10 millones de euros. El programa de usos del plan presentado por la Consejería de Cultura incluye dos salas de exposiciones, un auditorio, un restaurante, dos salas polivalentes y, además, mantiene la idea del arquitecto de convertir la planta baja en una plaza pública cubierta y respetar la cota actual que es la misma que la de la calle Dos de Mayo, según fuentes de Cultura. Además, los responsables de CaixaBank le han pedido a Cultura que sea el mismo Vázquez Consuegra quien realice el proyecto.

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Se trata, en definitiva de rehabilitar el monumento y adaptarlo a las nuevas necesidades y recursos para convertirlo en un centro de encuentro en el que se “profundice en las relaciones entre América del Norte y del Sur con Sevilla”. Para el nuevo programa, según las mismas fuentes, no sería necesario aumentar la edificabilidad del monumento lo que evitaría la aprobación de un plan especial por parte de la Gerencia de Urbanismo, un requisito que dilató el inicio de las obras en 2009 e hizo encallar el proyecto como consecuencias de las distintas pretensiones del Ayuntamiento de Sevilla (gobernado por el PP) y de la Consejería de Cultura (PSOE).

Vázquez Consuegra ya comentó cuando estalló la polémica que terminó con el abandono de CaixaBank —que después de plantear el CaixaForum en las Atarazanas absorbió a Banca Cívica y con ella a la Torre Pelli—, que su proyecto podía modificarse. “Lo más importante es consolidar y rehabilitar el edificio, uno de los mejores ejemplos de arquitectura industrial medieval que existe en España. Y, además, hay que hacerlo manteniendo la cota actual porque el edificio ha ido aterrándose cinco metros a lo largo de los siglos, respondiendo a la propia evolución de la ciudad, con lo cual no tendría sentido hacer un agujero para devolverle su cota original. Si excaváramos los cinco metros se perdería la posibilidad de convertir la planta baja en un espacio público”, explicó a finales de 2012 Vázquez Consuegra, Premio Nacional de Arquitectura en 2005.

“Hasta ahora la Junta no se ha puesto en contacto con nosotros para nada. Desconocemos cuál es la situación actual de las Atarazanas, aunque hemos solicitado reuniones con Cultura para saber quién va a gestionar el bien. Estamos dispuestos a colaborar en la elaboración del futuro proyecto cultural”, apunta María del Mar Sánchez Estrella, delegada de Cultura del Ayuntamiento.

Vázquez Consuegra y el CaixaForum

Después de un lustro de incertidumbre, CaixaBank confirmó el pasado jueves que Guillermo Vázquez Consuegra —autor del proyecto inicial para las Atarazanas Reales— firmará el CaixaForum de Sevilla. El arquitecto sevillano ideará el nuevo centro cultural en la estructura del edificio Podium, que forma parte del proyecto de la Torre Pelli y se compone de dos construcciones curvilíneas que tienen cuatro plantas subterráneas y otras tantas en superficie en su cota más alta.

El conjunto está rematado con una cubierta ajardinada y visitable. Según el proyecto básico, que Vázquez Consuegra ya ha entregado, ocupará una superficie útil de 6.600 metros cuadrados en los que distribuirá dos grandes salas de exposiciones, un auditorio, dos aulas polivalentes, un restaurante y una tienda-librería. El CaixaForum Sevilla, que quedará parte soterrado y otra en superficie, estará justo enfrente del Pabellón de la Navegación, una de las obras más premiadas de Vázquez Consuegra.

CaixaBank ha iniciado ya la tramitación de las licencias con el Ayuntamiento de Sevilla y espera comenzar las obras a finales de este año. El tiempo estimado de trabajo son dos años, de forma que si Urbanismo no retrasa la concesión de los permisos podría terminarse en 2016.

El objetivo es que el CaixaForum tenga una personalidad propia, independiente del rascacielos que se yergue a su lado con 178 metros y que, según las previsiones, estará concluido a finales de este año.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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