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Care Santos gana el Llull con un relato en torno al chocolate

La novela, premiada con 60.000 euros, transcurre en Barcelona a lo largo de tres siglos

Care Santos, entre José Manuel Lara y el presidente Artur Mas, ayer.
Care Santos, entre José Manuel Lara y el presidente Artur Mas, ayer.GIANLUCA BATTISTA

Care Santos (Mataró, 1970) confiesa: "A veces tengo más ganas de explicar la historia de las cosas que de las personas. Cuando miro a un objeto pienso siempre en quién puede haberlo tocado y qué historia hay detrás". Y si no existe una gran historia, Santos acaba de demostrar que no le falta ni imaginación ni talento para inventarla ella misma: la escritora de El aire que respiras (2013) y Habitaciones cerradas (2011) ha sido elegida ganadora del 34º Premio Ramon Llull, otorgado por la editorial Planeta.

La obra, galardonada con 60.000 euros, es Deseo de chocolate. Novela de microhistoria y ficción, la autora ha identificado en el chocolate “una excusa perfecta y apasionante para tratar la historia de Barcelona, que es una de las capitales de este alimento”. El relato abarca la evolución y el desarrollo de la producción del chocolate retrocediendo en el tiempo: desde la actualidad hasta su industrialización durante el siglo XIX y su llegada a Barcelona en el siglo XVIII. Cada etapa histórica se cuenta de forma independiente. El único vínculo es un objeto: una chocolatera de porcelana fina.

Una chocolatera de porcelana es el hilo conductor de una historia que involucra a tres mujeres de distintas épocas

Quizás fue observándola que a Santos se le ocurrió imaginar esta chocolatera en manos de tres mujeres que viven en tres siglos distintos. La primera en poseerla es Sara, una mujer actual de unos 40 años propietaria de una chocolatería e involucrada en un triángulo amoroso, “porque lo quiere todo y no sabe renunciar a nada, ni a lo malo”, puntualiza la autora. Admite identificarse con esta actitud y sobre todo con los sentimientos de esta mujer frente a una Barcelona pre-Olímpica, la misma que acogió a la autora cuando con 18 años fue a trabajar a la capital como periodista, profesión que ha sido su “gimnasia de escritura”.

En la segunda historia, la chocolatera se halla en la casa de una familia acomodada del siglo XIX cuya criada, Aurora, es “una protagonista de sentimientos nobles, que por debilidad emocional robará la pieza”, explica Santos. De fuerte contenido histórico, esta parte “está inspirada en el reconocido chocolatero Amatller.”

También la última parte, protagonizada por la joven Mariana, que lucha en el siglo XVIII contra el gremio masculino de los chocolateros, “está basada en los hechos y personajes históricos, como un tal Fernández, que parece que fue el inventor de una máquina para fabricar el chocolate”, añade la autora. En sus investigaciones sobre el chocolate, Santos admite haber encontrado “más lagunas que certezas”. Pero parece más aliviada que insatisfecha: “Como novelista es apasionante que no haya certezas, te permite agregarle a un personaje como Fernández lo que le hace falta. Allí donde no está la realidad, llega la ficción, para eso mismo existe”. Añade que “más que escribir la novela perfecta, me preocupa emocionar al lector”. Y focalizarse en “la vida cotidiana de la gente, las pequeñas historias, y no las grandes gestas”.

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Deseo de chocolate se publicará el 6 de marzo en catalán y, posteriormente, en castellano y francés.

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