El CAREC recomienda ampliar la zona de riego del canal Segarra-Garrigues
El órgano asesor del presidente de la Generalitat pide que se revisen las zonas ZEPA si la demanda de agua aumenta
El Gobierno catalán debería aumentar la superficie de terreno que puede regar el canal Segarra-Garrigues. Esta es una de las recomendaciones que ha realizado a la Generalitat el Consejo Asesor para la Reactivación Económica y el Crecimiento (CAREC) para potenciar el sector agroalimentario.
El órgano asesor aconseja al presidente de la Generalitat que se replantee la dimensión de la superficie regable por el canal, aunque para ello haya que revisar las 40.000 hectáreas que entraban en el proyecto inicial y que el anterior Gobierno tripartito excluyó al declararlas como Zonas de Especial Protección para Aves (ZEPA). Esta medida evitó que la Generalitat recibiera una sanción millonaria de la Unión Europea pero redujo en un 57% las 70.150 hectáreas previstas inicalmente en el proyecto.
El órgano asesor califica a Cataluña como un territorio “complejo” que no permite una agricultura “competitiva”
El CAREC recuerda en el informe el poco entusiasmo que han mostrado hasta ahora los propietarios de terrenos regables por el Segarra-Garrigues. Solo 3.000 hectáreas, de las 12.000 que ya podrían hacerlo, se riegan con agua del canal.
Los propietarios han mostrado su rechazo al coste del metro cúbico de agua —0,8 euros— que la Generalitat ha fijado para amortizar los 1.071 millones del presupuesto de la infraestructura y los más de 800 que calcula de sobrecoste. “En caso de que mejoren las peticiones y se soliciten permisos para cubrir las hectáreas que puede regar el canal, habría que replantearse la designación de zonas ZEPA”, explicaron ayer fuentes del CAREC. En todo caso, el órgano precisa en el informe que cualquier decisión tendría que ponderarse entre los factores económicos y medioambientales, aunque matiza que los posibles beneficios de una infraestructura son “irrenunciables”.
El órgano asesor califica a Cataluña como un territorio “complejo” que no permite una agricultura “competitiva”, consecuencia de dos grandes escollos: el 68,3% del territorio es superficie forestal poco explotada y el 30% está protegido.
